Dia 3

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Me despierto, rezando para que todo esto solo haya sido una pesadilla y nada más. Pero no, estoy en el mismo cuarto que cuando me quedé dormida. La habitación aún está oscura. Deben ser las 5 de la mañana. Miro el reloj de la mesita de noche: "05:37" . Me tumbo boca arriba en la cama, miro el techo y pienso en voz alta:

-¿Que quiere hacer conmigo?¿Como continuaré mis estudios?¿Por qué de todas las personas que hay en el mundo he tenido que ser yo?...

Y así poco a poco, de pregunta en pregunta y de pensamiento a pensamiento, termino quedándome dormida.

Me vuelvo a despertar, pero esta vez por un ruido *ring-ring-ring*. Parece que es una alarma, termino de ubicarme y veo que ese sonido tan molesto procede del reloj, así que lo apago. "Son las 8 de la mañana..." No puedo evitar hacer una mueca de incomodidad. No he dormido especialmente bien.

Me levanto de la cama y me dirijo al armario, lo más normal (o no tan "sexy" por decirlo de alguna manera) que consigo encontrar es un short negro, una blusa blanca, la ropa interior blanca y unos zapatos negros.

Una vez tengo la ropa preparada me dirijo hacia el baño.

"Wow..." me sorprende cuando entro. Es el baño más grande que he visto en mi vida: suelo y paredes de azulejos, parece que el lavamanos y la bañera (casi el doble de grandes que yo) son de mármol y tiene una ducha también es enorme.

Opto por darme una ducha rápida, no se que va a pasar hoy conmigo así que prefiero no perder tiempo. Necesito saber ya de una vez por qué estoy aquí.

Una vez ya estoy limpia, seca y vestida, me dirijo al tocador, encontrándome con una variedad enorme de maquillaje. Solo me pongo algo de rímel. De acuerdo, se que os estaréis preguntando porque me arreglo si me han secuestrado. Pues la verdad, es que no lo se. La costumbre, supongo.

Voy hacia la puerta, pero antes de abrirla, me paro en seco. Me da la sensación de que me falta algo. De manera instintiva me toco el cuello...

-Mierda... el collar.

Me giro y observo la habitación. Buscándolo con la mirada, y lo veo en la mesita de noche. Una vez lo tengo en las manos lo miro con asco. Me recuerda a un collar para animales. Y que yo sepa, no soy una maldita mascota.

Me lo pongo y esta vez si, salgo de la habitación. Miro hacia los lados y me sorprende al no ver a nadie. Sin más, me dirijo al comedor.

Una vez entro, me encuentro con el comedor vacío, encima de la mesa hay un plato con dos tostadas con mantequilla y mermelada, un vaso con zumo, y al lado una nota, la cojo y la leo:

"Te lo tines que comer todo, como me entere que has dejado algo te voy a tener que castigar. -Tu amo"

Me siento en la silla y a regañadientes empiezo a comer. No se cuanto tiempo lleva allí la comida, per eso está jodidamente rico. Me lo comí sin pena, la verdad es que cuando terminé tenia aún más hambre, pero una vez bebí el zumo (de naranja, por cierto) me sentí bien.

Salí del comedor y en el pasillo estaba Matheus, me miró y me sonrió de una manera agradable.

-Buenos dias preciosa, ¿como has dormido?

-Bien, creo. -Le mire de reojo.- ¿Que voy a hacer aquí?- Esa era la pregunta que me tenía más intrigada, pero creo que al fin me la responderán.

-Asistirás a clase de lunes a viernes, tu horario será de 8 a 3, teniendo una hora para comer de 1 a 2. Las tardes (si el amo no dice lo contrario) las tendrás libres, los fines de semana igual. Si el señor requiere de tu pesencia, tendrás que ir sin rechistar y en el momento. De momento ya sabes a que lugares puedes acceder, si te portas bien el amo habilitará más lugres para ti.

Solo un día más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora