Solo un día más...

Dia 4. La cena

Y llegó el viernes, estos dos días pasaron de manera tranquila. Me sorprendió ya que no vi al amo desde el miercoles por la noche, pero despues de lo que me hizo, no le tomé mucha importancia. Cuando terminé las clases (a las 3) me dirigí hacia mi habitación, ya que tenia la orden de ponerme linda para esta noche. 

Y aquí estoy yo: mirando el armario repleto de ropa, intentando elegir que ponerme para la cena. Cosa estupida, teniendo en cuenta que me han secuestrado, el motivo está en que no quiero soportar más maltratos por parte de el.

Opté por vestido azul pastel con escote de corazón, mangas caidas, la falda por encima de las rodillas y lo recubria una tela de encaje que contenia siluetas de flores. Los zapatos serian unas sandalias con un poco de tacón y de color blanco. 

Entro en el baño y me pongo debajo del agua de la ducha. Dejo que las gotitas caigan por mi cuerpo como si fuera lluvia, una de las mejores sensaciones que hay en esta vida... Lavo mi pelo con un champú que huele a rosas. Esparzo por mi piel un jabón con esencia de almendra. Una vez termino, salgo con cuidado y agarro la toalla y me miro al espejo... Las marcas del cuello aún se ven, no tanto como ayer per se notan mucho; se nota que he estado comiendo bien, tengo algo más de volumen en las piernas y el pecho (no sabia que 4 dias me podrian hacer un cambio así... olvidarlo, creo que solo són ilusiones mias...); y por ultimo, mi piel: está más palida que nunca, no he salido de esta casa y casi no me ha tocado el sol.

Me envolví con la toalla y salí de nuevo a la habitación, me puse ese hermoso vestido y los zapatos, voy al tocador y miro los productos. Cojo un pequeño pincel y me empiezo a hacer la raya del ojo pero de un color azul muy suave... casi tanto como si el cielo se mezclara con una nube. Doy dos pasos hacia atras y observo mi aspecto en el gran espejo de la habitacion... me gusta mucho como me veo, creo que así está bien. Peino un poco mi pelo con los dedos y dándole una forma ondulada, me hago un moño alto, dejando dos mechones caer a los lados de mi cara. Me pinto los labios de un rosa pastel y me pongo el collar que me designó el amo. 

Me doy un ultimo vistazo y doy una vuelta sobre mi misma, al terminar, me miro la cara al espejo y me sorprendo al darme cuenta que estoy sonriendo.

Miro la hora y apenas son las ocho menos cuarto, así que me dirijo al escritorio y me pongo a leer. Hacia las ocho y media alguien pica a mi puerta, me levanto a abrir y me encuentro a Matheo en frente mio.

-¿Lista para esta noche?-Me pregunta con una suave sonrisa.

-Supongo.-le devuelvo la sonisa de manera agradable.

Me hace una seña con la mano con la mano para que lo siga y eso es lo que hago. Vamos por los mismos pasillos que para ir al comedor, pero  antes de llegar, giramos hacia la derecha y bajamos por unas grandes escaleras que dan a una especie de sala de baile. Esta parte de la casa nunca la habia visto antes, así que me pongo a observar todo lo que hay. Unas ventanas ocupan toda la pared de la izquierda, mientras que en la parte de la derecha hay unas tres puertas (bastante grandes), en frente hay un portón en medio de un ventanal que tambien ocupa gran parte de la pared, pero al contrario que las anteriores, estas estan cubiertas por unas enormes cortinas de terciopelo rojo; el suelo es de color marfil pero con lineas de color blanco perla. Las escaleras por las que bajamos tienen el suelo de color beige y las barandillas doradas.

Sigo a Matheo con pasos delicados, como si me diera miedo ensuciar ese suelo tan hermoso. Al bajar me doy cuenta de un detalle del que no me percaté antes: El estaba allí, delante de la puerta rodeada del ventanal. Noto como mis piernas empiezan a fallarme, se que tengo que seguir caminando, pero me resulta muy dificil avanzar. Agacho la cabza e intento no pensar en absolutamente nada. Noto su miradda sobre mi, y sin darme cuenta, ya estaba a su lado.