El heredero de la gran corporación Nanami tenía un problema. No tan pequeño como para ignorarlo, pero tampoco tan grande como para involucrar a las autoridades. Era un problema que, si no venia ocurriendo desde hacía mucho tiempo, le resultaba algo tan necesario de resolver que hasta había terminado involucrando a sus amistades de otras universidades. Un problema de cabellos blancos como papel sin escribir y unos ojos tan verdes como el pasto que crecía en el campus de la universidad privada donde estudiaba. Un problema con los oídos tan finos como el director de una orquesta y una sonrisa tan brillante como el mismo sol.
Un problema donde Saionji Ukyo, su profesor de música, era el protagonista.
Era la primera vez que a Ryusui Nanami se le planteaba algo que no podía resolver con su fortuna ni con sus influencias como heredero de la corporación más influyente de Japón. El dinero y los contactos eran ignorados como la mota de polvo más insignificante del suelo he incluso su vistoso cabello dorado y ojos cafés fueron pasados por alto al más estilo extra de película de terror. Es más, incluso le resultaba curioso que su presencia en artes musicales fuera igual a la de los demás estudiantes que recibían aquella clase.
La raíz de su problema nació en una extraña situación: algo tan típico como un error dentro de unas partituras escritas por su mano. Una clase más de música, un tema más sobre escribir notas, una tarea más que entregar y, atípicamente, una nota errónea en el renglón equivocado.
—Esta Fa está mal posicionada— había comentado el de cabellos blancos mientras señalaba el papel entregado con anterioridad por el rubio
—Eso no puede ser— afirmó sonriente- ¡Mis partituras no tienen errores!
—Pues esta si tiene uno y justo te lo estoy señalando— contestó el adulto marcando de nueva manera con su índice lo mencionado
—Esa nota no está mal posicionada— volvió a rebatirle sus palabras
—Si lo está
—¡No lo está!— exclamó sin cambiar su gesto
—Si lo está— suspiró apenas terminó la frase. Se levantó de su asiento, tomando la partitura y avanzando hacia el piano de cola que se encontraba en la esquina de la habitación. Dejó el trozo de papel justo frente a las teclas y, apenas se plantó frente a las mismas, le dijo al estudiante— Escucha atentamente
El silencio tras aquellas dos palabras fue precedido por la melodía del instrumento. Ryusui quedó fascinado por la escena que ante sus ojos se veía. Cosa tan sencilla como los finos dedos de su profesor tocando con delicadeza cada una de las teclas blancas se vió mágica con el viento que, de manera muy oportuna, entró por el gran ventanal de la pared. La canción que había compuesto el día anterior en su habitación chocó contra la pintura y los muebles para volver a sus oídos como la más dulce canción de amor. ¿Él había escrito aquello? No recordaba haberla escuchado así cuando la comprobó en uno de los tantos pianos de su hogar.
El tranquilo ambiente así como sus pensamientos se vieron interrumpidos por una nota discordante. Sus ojos, antes sin objetivo, se dirigieron hacia el hombre de cabellos blancos que, con una sonrisa, simplemente comentó:
—¿Ves? El Fa está mal posicionado
Era la primera cosa en todo el mundo que Ryusui quería y nunca podría tener.
Pero ello no significaba que se rendiría con el hombre de ojos verdes. Una de las cosas que más caracterizaba al heredero de los Nanami es que, si quería algo, haría hasta lo imposible para obtenerlo. Por ello allí estaba, siendo enseñado por uno de los mejores compositores de europa a escribir notas sobre las bases de una partitura completamente vacía.
—En serio no entiendo la obsesión que haz adquirido ahora con ese profesor de música— le comenta Senku Ishigami, uno de sus más cercanos amigos. Este estudiaba en la Universidad de Ciencias Investigativas con una beca totalmente pagada; un genio en toda la extensión de la palabra
—¡Sabes que quiero todas las cosas de este mundo!— exclama con su característica sonrisa— ¡Y ese profesor forma parte de ello!
—¿En serio?— levanta una de sus cejas, remarcando la falsa verdad detrás de las típicas palabras del rubio
—¡Por supuesto!— afirma levantándose de su asiento. El maestro se ve algo consternado por la actitud de su estudiante
—Si tu lo dices— decide ignorarlo para centrarse en la extraña máquina con forma de lápiz que estaba creando. El día que seguía quería mostrarle a su profesor Xeno los avances que consiguió al modificar la energía portable.
Ryusui rie en voz alta, algo que nuevamente asusta al pobre hombre que tenía como profesor. ¿Quién podía entender los extraños comportamientos del heredero de los Nanami? Nadie excepto él y su mayordomo Francois, quien le acompañaba en todos sus estrafalarios antojos.
El de cabellos rubios vuelve a su asiento sin eliminar su sonrisa. Mediante los conocimientos que adquiría con su tutor privado le demostraría al maestro sus grandes habilidades en las partituras y, una vez notara el gran talento que poseía, aceptaría ser uno más dentro del imperio que heredaría una vez graduado. Definitivamente, era un plan perfecto digno de su grandiosa mente.
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—Tienes un error en la nota de Sol
¿¡Como!?
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Escala de notas
FanfictionHabían cosas en el mundo que incluso él no podía tener. Sin embargo, nada podría detenerlo en reclutar al profesor de música para las filas de su gran imperio. Está historia es una escala de notas que llevará a Ryusui Nanami, heredero del más grand...