Al entrar a mi casa llamo a mi papá y a mi hermano, resulta que estoy sola aunque no me es raro, mi papá trabaja y mi hermano... se la pasa haciendo quien sabe qué cosa.

Voy a cambiarme por que como dijo el profesor no quedamos muy limpios que se diga, entro al baño y coloco música, apenas entro a la ducha y el agua tibia toca mi piel me relajo, cierro los ojos dejando que recorra todo mi cuerpo cada gota y los recuerdos de hace unos instantes me invaden y los siento como un dejavu, como si ya hubiese vivido ese momento, como si hubiese tenido todas esas sensaciones y me resulta extraño ya que, el momento lo creo, tampoco soy una persona que nunca ha dado un beso, el alcohol me ha hecho hacer muchas cosas locas, no al punto de perder mi virginidad con un extraño pero si tener sesiones de besos largas y apasionadas con extraños pero, sentirme en esa clase de burbuja, ni en mis sueños más locos.

Estoy a punto de enjabonarme cuando empieza a sonar mi teléfono y ese sonido lo reconozco.

- ¿Alo? Funeraria faltas tú, ¿En qué puedo ayudarle? - casi puedo ver como rueda los ojos al otro lado de la línea.

- Menta la que falta eres tu ¿Dónde estás?

- En mi casa, duh.

- Ven y ábreme.

- Me estoy duchando abra usted.

- Que arrechera llegar siempre mientras te duchas. - así me cuelga antes de que pueda responderle.

Dejo mi teléfono pongo música nuevamente y pasa un rato cuando pego un grito al cielo supremo, tengo la cortina de la ducha pegada al cuerpo.

- ¡No, qué asco! - digo y me sale el tono más sifrino que puede haber - Se me pego al cuerpo esta cosa y ya estaba que salía - y escucho las carcajadas de Celeste que resuenan por todo el baño. Asomo mi cabeza, saco un brazo y el punto con mi dedo índice -. Mira que si no resultas embarazada me la vas a pagar.

Termino esa frase y ella solo se rie un poco y hace una mala imitación de mi voz.

- ¡Ni, qui isci! Si mi pigi il ciirpi isti cisi i yi istibi qui silii - me apunta de la misma forma que yo lo hice -. Miri qui si ni risiltis imbrizidi mi lis vis i pigir.

Así sale del baño riendo como una loca desquiciada y yo le muestro mi dedo medio.

Después de eso salgo lo más rápido de la ducha y entro a mi habitación en toalla, veo a Celeste sentada en mi cama con cara de preocupación y realmente yo también estaría preocupada, un bebe es una gran responsabilidad, una bendición y a la vez una carga pesada. Espero sea cual sea el resultado ella tome la mejor decisión.

- ¿Puedes quitar esa cara, por favor? No he anunciado mi muerte, quizá si un gran castigo pero sabré como llevarlo. Hazlo por mi ¿sí?

- Esta bien - asiento con la cabeza y camino a mi closet. Con la cara mirando al closet le digo - Sea lo que decidas quiero que sepas que cuentas con mi apoyo incondicionalmente, espero sepas tomar la mejor decisión - siento como mis ojos se cristalizan -, recuérdalo siempre es una bendición ¿ok? - limpio las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos y tomo mi ropa -. Voy a cambiarme ¿Ya te tomaste el vaso de agua o algo de líquido?

- Si, tome tres vasos antes de venir y creo que ya casi hacen efecto. Mientras yo voy a... - noto como su voz se rompe - voy a la cocina por una taza o algo.

Así la veo salir de la habitación. Me dirijo al baño, cierro la puerta detrás de mí y me cambio en un short cómodo de blue jean y un camisón que tome "prestado" de mi hermano, recojo mi pelo en un moño para estar más cómoda.

Salgo y veo a Celeste tirando todo en mi cama y sus piernas están temblando, cuando menos lo espero cae de rodillas enfrente de mi cama y llora.

- No soy capaz de cuidarme a mí misma como hare para cuidar un bebe, mi bebe... mi bebe... mi niño o niña... esa criaturita - voltea su rostro y me ve suelta un sollozo y dice - Menta, tengo miedo, mucho miedo.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2021 ⏰

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