[Registro #6-3 8-5]
La primera vez que Kim Roksoo fue llamado padre, tenía alrededor de treinta y dos años humanos. En ese entonces, todavía estaba acostumbrándose a la forma de vida que le ofrecía su trabajo, además de que su compañero seguía siendo bastante apegado a sus viejas costumbres, por lo que no podía simplemente adaptarse completamente a esta nueva forma de vida.
Pero supo sobrellevarlo bien.
Como una persona que había vivido mucho, no hubieron muchas complicaciones. Se adaptó de la mejor manera que pudo y vivió bien.
De todas formas, no salía mucho de casa, su trabajo lo mantenía en anónimato y no era necesario mostrar su cara, sólo estar pegado a una pantalla y publicar diariamente un capítulo. Le pagaban por estar en casa y no moverse por horas de su silla, era agotador para su cerebro en cierto punto, y su salud, pero su alma holgazana estaba feliz con ello. Un buen trabajo, con una paga buena y un compañero que velaba por él cuando Kim Roksoo se olvidaba de ello.
¿No era genial? A él le encantaba.
Pero después de presenciar cierto ciclo en la vida del bastardo de su amigo-jefe (¿podía llamarlo así? Sus padres le daban dinero por cuidar su vida, lo cual era un martirio, pero no era tan difícil si no era el único que cuidaba de él) Kim Roksoo presenció en su compañero, y luego en él mismo, cierto deseo que después de años juntos, creían que podían necesitar.
Hijos.
La paternidad no era algo sencillo, lo sabía, cuidar de un niño llevaba tiempo y dinero (lo cual no les faltaba). También era doloroso. Joder, él estuvo en un maldito parto y el bastardo al que llamaba amigo casi le arrancó la maldita mano, ¡y esa era su forma de soportarlo! Sólo imaginar estar en su lugar le producía escalofríos.
Kim Roksoo odiaba el dolor. Prefería mil veces besarle los pies al maldito Rey del inframundo que sentir dolor (aunque ambos odiaban ese término, su relación era similar, ¿verdad?)
No le daba miedo enfretarse a ciertas situaciones. No temía al futuro ni anhelaba el pasado. Kim Roksoo avanzaba sin miedo, aunque cautoloso, por el camino que le deparaba la vida. No le importaba. Mientras él y los suyos estuvieran vivos, nada más era relevante.
Tampoco tenía por qué temer. Kim Roksoo no era débil en términos de fuerza, tal vez un poco reacio a moverse, pero no era fácil de derribar. Además, tenía camaradas que odiaban que él se lastimase, ante cualquier evento peligroso, ellos estarían ahí. Así que, ¿por qué temer?
Volviendo al tema. Kim Roksoo quería ser padre, pero sentía que no estaba listo para soportar los dolores de parto.
¿Era un cobarde? Sí, pero si iba a ser quien llevara al niño en su cuerpo, podía ser quien decidiera si hacerlo o no.
Lo habló con su compañero. Afortunadamente, él seguía siendo tan comprensivo como siempre, así que no lo obligó a nada y le dejó tomar la última palabra.
"No hay prisas, hyung. Ambos vamos a estar vivos por un largo tiempo" Sintió como sus brazos lo envolvían cariñosamente, haciendo que automáticamente apoyara su cabeza en su cuerpo."Mientras seas tú, no importa el tiempo. Estamos juntos ahora y estaremos juntos cuando el momento llegue, ¿verdad?"
Roksoo volteó el rostro y ahuecó una de sus manos en las mejillas del más alto para acercarlo a él y depositar un suave beso en sus labios.
"Hmm, ¿por qué haces una pregunta tan obvia? Por supuesto que lo estaremos, no lo olvides."
"Mmm, creo que lo olvidaré si no me lo recuerdas."
"Qué desvergonzado te volviste, ¿eh?" se dió la vuelta entre sus brazos y pellizco su mejilla a modo de regaño "Creo que juntarte mucho con hyung y su alteza te está pegando sus costumbres. Ya no bebas con ellos."
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record ☾ TCF
FanfictionKim Roksoo tiene registros de su vida que guarda en lo más profundo de su corazón. ☐Spoilers¡! ---!# ☑Trash of the count's family ☒Los personajes no me pertenecen Obra sin fines de lucro, de fan para fans. ©Créditos de la imágen a su respectivo...