capítulo IV

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Dos días después Naruto estaba de nuevo en la Aldea, como no se aguantaba las ganas de ver a karin fue hasta la base donde al llegar vio a suigetsu. 

-¡Oi, Suigetsu ¿está karin?- el peliblanco reconoció la voz. 

-Esta adentro, si vas ten cuidado no anda de buen humor, hace dos días que está decaída-, el rubio cambió por completo su semblante. 

Entró a la base y busco el ckakra de karin, lo encontró toco la puerta del otro lado se escuchó la voz apagada de la peliroja. 

-Vete Suigetsu- 

-Karin abre por favor- la pelirroja se alarmó ~No puedo dejar que me vea así~ pensó ella. 

-No, está bien, ¿que haces aqui Naruto?-

-Vine a verte y a decirte unas cosas muy importantes, ¿Puedes abrirme por favor?- Karin le abrió la puerta. 

Naruto vio que la cara de ella estaba llenas de vendas, -¿Que sucedió Karin, por que tienes la cara así?- el rubio estaba preocupado, quien quiera que le haya hecho esto cavó su tumba. 

Karin tenía miedo de decirle lo que pasó hace dos días, hasta que el rubio habló otra vez -¿Por qué no tienes los pendientes?-.

Karin no aguanto más y le contó todo lo sucedido con hinata, naruto estaba furioso, ella lloró hasta quedarse dormida. Naruto le beso la frente y salió de ahí, vio a suigetsu doblando por un pasillo, -Suigetsu, cuida de karin, no se cuando volveré- el peliblanco no sabía de lo que hablaba pero aceptó de todos modos. 
 
Había llegado a konoha hecho una furia, fue hasta el clan Hyuga. 

-¡Hinata!- el grito se escuchó por todo el complejo. Ella apareció unos minutos después. 

-¿Qué sucede, Naruto-kun?-

Naruto en un rápido movimiento la agarra del cuello, -Que nadie se entrometa, este es un asunto entre nosotros- Hinata tragó duro, -Escucha bien lo que te voy a decir, A karin no la tocas más me escuchaste, ella es muy importante para mi, si le haces daño a ella me lo estás haciendo a mi, te quiero lejos de ella como de mi también, con esto que hiciste perdiste por completo mi amistad- Hinata estaba llorando. 

-¿Que tiene ella que no tenga yo?- decía entre lágrimas. 

-Ella es especial, fue la única que entendió mi dolor. Si tanto te importo donde estuviste cuando más necesité a alguien, una desconocida vino, se instaló en mi corazón y sanó todas mis heridas, crees que no se que te acostabas con kiba a escondidas- esa fue una fuerte declaración ante todo el clan. -Ah me olvidaba, Amo a Karin más que a nada en el mundo si ella no estuviera probablemente moriría- 

Hinata entendió que en el corazón de Naruto no había lugar para ella, probablemente si hubiera hecho las cosas bien, tendría una mínima oportunidad pero ya no la hay, ella se encargó de destruirla. Naruto se fue dejando a una hinata destrozada por la verdad de sus palabras. 

Cuatro meses después. 

Naruto se encontraba de rodillas frente a la pelirroja con una cajita de terciopelo rojo en sus manos, Naruto le estaba proponiendo matrimonio a karin. 

Karin no aguanto las ganas de llorar -¡Si, cielo si!- dijo feliz, Naruto le puso el anillos y la abrazo. 

-Me haces el hombre más feliz- el rubio se separó, -¿puedo?- Karin soltó una risita -Si puedes- ambos se acercaban lentamente, unieron sus labios en un beso.

Un mes después. 

El matrimonio salía de la torre hokage, felizmente casados, ninguno quería una fiesta grande así que lo hicieron entre amigos. 

Todos los felicitaron, pasaron un agradable momento, Tsunade junto a Shizune le pagaron una semana en las aguas termales. 

Un año después. 

Karin se encontraba dando a luz a gemelos, -Naruto si me haces pasar por esto una vez más, te corto los huevos con una cuchara oxidada- y le apretó la mano. 

-lo siento cielo, puedes no apretarme tanto la mano creo que me rompiste un hueso- decía casi al borde del llanto. 

-No, te aguantas hasta que termine- media hora más tarde karin podía descansar del dolor que le provocó el parto. 

Naruto pudo ver bien a sus hijos, eran dos varones uno con el pelo rojo y el otro de pelo rubio, ambos con los característicos bigotes en sus cachetes, no pudo más y se largó a llorar, beso tanto a Karin como a sus hijos, estaba feliz de tener una familia. 

Un año después. 

A la guardia llegó un halcón, era la invocación de Uchiha. Karin era la  única que estaba ahí, Sasuke llegó con una Sakura en labor de parto, cuatro horas después una niña de pelo negro y ojos del mismo color nació. 

Sasuke por primera ves en su vida lloro de alegría al ver a su hija en brazos de su esposa. 

Naruro llegó con los niños en sus brazos y pudo ver a karin cansada. 

-¿Qué sucedió cielo?- Naruto vio dentro de la sala pudo ver unos cabellos rosados que no veía hace mucho. 

-Sakura…- la nombrada giro hacia la persona que la llamaba y vio Naruto. 

-Naruto…- hablo sasuke. 

El rubio se acercó feliz hacia sus compañeros de equipo. 

-Hace mucho no nos vemos, no pongan esa cara- decía feliz. -Les quiero presentar a mis hijos, el es Kensei- y señala a al pelirrojo -El es Hayato- señala al el rubio. 

Sakura y Sasuke quedaron en shock, sakura preguntó algo que tenía en la cabeza. 

-¿Con quien te casaste?- 

-Que no es obvio, con la hermosa mujer que te ayudo a dar a luz-. Sakura sonrió -me alegro por ti Naruto- 

Doce años después

Sarada Uchiha corria con lágrimas en sus ojos, se acababa de enterar que su madre no es su madre, giro por un pasillo y cocho con alguien. 

-Lo siento no te vi- se disculpó, la ayudó a levantarse.

-¿Estas bien? ¿Por qué lloras?-  pregunto el chico pelirrojo. Sarada dudo en contarle pero lo hizo aún. -Me acabo de enterar que mi madre no es mi madre- y procedió a decirle todo lo que averiguó. 

Kensei se empezó a reír, Sarada se enojó -¿se puede saber que es tan gracioso?- el pelirrojo dejo de reír y se disculpó. 

-Lo siento pero de la mujer que estas hablando es mi mamá, ella ama mucho a mi papá, así que estás completamente equivocada- Sarada no entendía.

Naruto apareció detrás de Kensei -¿Que sucede hijo?- el pelirrojo se dio la vuelta, -Papá, ella dice que mamá es su mamá- Naruto entendió enseguida. 

-Sarada vamos afuera, Sakura debe de estar por llegar- la Uchiha se preguntó como es ques sabia. 

-Papá y mamá son sensores excelentes- le dijo el pelirrojo. 

Estaban saliendo, cuando llegaba Sakura, sarada corrió hacia su mamá, se disculpó por los problemas causados. 

-¡Naruto, Kensei, Hayato!- se escuchó el grito de una mujer desde adentro de la guarida.

-¡Mierda!- dijeron al unísono los tres, cuando Karin se enojaba, no había nadie quien la pare, ni siquiera Naruto. 

La puerta salió volando -¡Vengan ahora!- sintiendo el peligro inminente huyeron del lugar. 

Fin. 

Remedio Para Sus Tristezas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora