Primera parte: capitulo V

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Tobio estaba seguro que detestaba varias cosas, entre ellas sus cinco molestias principales consistían en:

Uno, no conseguir leche. Sonaba trivial, pero la importancia de dicha bebida láctea se había vuelto necesaria para su día a día. Al punto en que su abuelo tuvo que negociar con una mujer en el supermercado para que ella le entregará el último cartón de leche. No lo consiguió, pero la intención era lo que contaba.

Dos, el hecho de que Miwa pareciera interesada en los cortes de cabello y decidiera aplicar miles de productos en el, sin contar que quisiera tocar sus uñas. Tras una discusión, acordaron que podría hacer lo que quiera con su cabello pero no con sus uñas, Tobio había establecido su propio sistema de cuidado personal y en ello, entraba el limar sus uñas junto a la aplicación de determinadas cremas.

Tres, las llamadas de sus padres queriendo hablar con el. Es decir, no tiene nada de malo el que quieran preguntarle cómo está entre otras cosas, pero simplemente no disfrutaba estar pegado al teléfono de casa escuchando a sus padres decir el como le enviarían un par de regalos que el claramente no pidió. Todavía tenia en su recamara una consola que claramente no había utilizado desde que llego a sus manos.

Cuatro, la práctica extra. Si bien sabía que tenía un gran desagrado por jugar volleyball, lo tolero lo suficiente como para estar en el club las horas que le correspondían pero al estar en una escuela de prestigio, tuvo que quedarse a practicar más tiempo, aún si presento sus negativas ante ello.

Cinco, Oikawa Tooru. Su estudiante de último año resultó ser increíblemente molesto, iba de aquí para allá con una sonrisa en su rostro mientras repetía su nombre con un aquel estúpido apodo al final. Sin olvidar que sus fanáticas solían interrumpir la práctica, lo que hizo que el entrenador les aumentará la práctica.
Hablando de dicho armador de tercer año, frunció el ceño ante el fuerte agarre en su cintura.

"Oikawa-san, le diré a Iwaizumi-san que me estás molestando"amenazó Tobio mientras trataba de sacar los brazos del contrario de su cuerpo.

De nuevo, ¿Cómo había llegado a esta situación?. Lo último que podía recordar es que había entrado al gimnasio siendo arrastrado por Kindanchi, quien también estaba arrastrando a un casi dormido Kunimi. En algún momento en donde los tres estaban haciendo sus estiramientos, se vio siendo apresado sorpresivamente por su estudiante de tercer año, quien no perdió tiempo en hacer sus tan molestas pataletas.
Volviendo a la realidad, no podía encontrar a Iwaizumi-san y tampoco podía soltarse, así que suspiró profundamente antes de enfrentarse al castaño.

ㅡTobio-chan, solo te estoy pidiendo un pequeño favorㅡpidió Oikawa mientras se aferraba con más fuerza al contrario, observando como un ceño fruncido aparecía en el rostro del azabache.

Ambos se miraron fijamente, retando al contrario a ceder su lugar. En el momento en que Tobio empujó al contrario, Oikawa se aseguró de agarrarse con más fuerza.

ㅡNo quieroㅡse negó Kageyama mientras empezaba a pellizcar las manos del contrario, quién rápidamente soltó el agarré que tenía sobre su cuerpo.

Antes de que pudiera correr para esconderse en algún lugar del gimnasio, un fuerte peso cayó sobre sus hombros. Volteó su mirada encontrándose con los ojos marrones del contrario.

ㅡTobio-chaaaanㅡse quejó Tooru mientras lentamente dejaba caer su peso sobre el azabache.

ㅡNoㅡrepitió su negativa Tobio, lentamente sintió como su cuerpo no podía soportar el peso del mayor.

De manera lenta y casi cómica, los miembros del club de volleyball pudieron ver cómo Kageyama iba encogiéndose ante el peso de Oikawa, al punto en que el pequeño azabache termino recostado en el suelo con un cuerpo más grande sobre el.
Y cómo si fuera obra divina, observaron con atención como las puertas del gimnasio se habrían para revelar al vice capitán del equipo, quien no se veía nada feliz ante la vista.

DesinterésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora