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A veces no logro saber si estoy soñando o si lo que está ocurriendo en ese momento es parte de mi realidad.
He de cerrar los ojos y abrirlos una y otra vez para poder saberlo. Pero, es complicado, me cuesta saber si estoy despierta.
Incluso cuando veo a mis padres no los veo, veo en ellos dos manchas borrosas que me hablan, pero no los veo, no les puedo escuchar, como si estuviera en una simulación.
La única forma de la que me siento despierta es durmiendo, concretamente soñando.
Me gusta dormir. Cierro los ojos. Dejo de estar en la realidad y la veo. La veo a ella.
Siempre veo a la misma chica en mis sueños. No veo su rostro, pero si su cuerpo, sus manos y sus mechas moradas.
—Buenos días, Momo—su voz sonaba algo inquietante, pero me daba mucha calma, como si me estuvieran inyectando anestesia.
—¿Estoy soñando?
Mi voz. Por alguna razón solo recordaba hablar cuando soñaba.
—¿Soñar?—preguntó—Puede ser, pero lo importante es que estamos juntas ¿Me has echado de menos?
Sus manos se juntaron con las mías. Eran pequeñas y pálidas. Muy cálidas.
—Sí, te he echado de menos Kyouka—sonreí. Me gustaba pronunciar su nombre. Sentía que era la única que podía hacerlo en aquel mundo onírico.
Ella apretó más mis manos y empezó a caminar. Estábamos en un campo. Solo césped y un inmenso cielo azul brillante.
—¿Te gusta?
A pesar de no ver sus ojos noté como me miraba. Yo asentí, mirando hacía arriba, deseando no despertar nunca.
—Mucho.
—Oye—nuestras manos se soltaron—¿Por qué no podemos estar siempre juntas?
—¿A qué te refieres?
—Duerme para siempre y estaremos juntas para siempre.
Su voz sonó tétrica en ese instante, pero por algún motivo sonreí y mi corazón comenzó a latir muy rápido.
—Me gustaría que estuviéramos juntas para siempre—sonreí.
—Entonces...¿Por qué tu corazón sigue latiendo?—su voz recorrió todo mi cuerpo y mis ojos se abrieron—Si quisieras estar conmigo para siempre tu corazón no latiría.
Oí voces.
Me había despertado, o eso creía.
Kyouka había desaparecido. En su lugar vi dos manchas borrosas hablándome. No entendía lo que me decían, pero parecía no estar soñando.
