No les pasa que hay días que les cuesta más levantarse de la cama como si algo les atara como si el peso de todo se pusiera en su pecho y cuando por fin logran hacerlo sienten un gran vacío como si todo el peso se haya ido pero eso hizo que ahora les falte algo, así es como me siento yo en este momento.
Son las siete de la mañana desearía estar durmiendo pero mi celular no deja de sonar no sé hasta que hora me quede dormida pero supongo que fue después de llorar mientras abrazaba una almohada.
Siempre deben recordar tomar agua después de llorar porque te deshidratas y eso hace que te duela la cabeza, por eso yo ahora sufro un gran dolor de cabeza.
Tengo que encontrar mi celular, está bajo de una rebanada de pizza, si que soy un desastre.
—¿Hola?— digo limpiando la saliva que quedo en mi mejilla. Ruego por escuchar la voz de Dian.
—Layla— dice Charlotte entusiasmada.
—¿Cómo es que tienes mi número?— respondo confundida.
—Porque lo dejaste en caso de que necesitará algo— estoy casi segura de que está sonriendo— Te dije que me llamarás y como no lo hiciste no supe si realmente querías ir por un café conmigo.
—Ah si lo siento, pero si quiero.
No entiendo como es que estoy aceptando esto, deberían darme un dolar por cada vez que haga algo estúpido con eso ya podría tener mi mansión hace mucho.
—Pero te tengo que confesar que no me gusta el café.
—No lo puedo creer, ¿cómo es posible eso? ¿eres algún tipo de alíen? Ya solo falta que me digas que te gusta la pizza con piña.
—De hecho es mi favorita.
—Ahora soy yo la que no sabe si quiero ir a tomar algo contigo— dice bromeando.
—Obviamente que quieres.
—No lo sé, no puedo estar cerca de alguien que no le guste el café.
—Yo si puedo estar cerca de alguien que le guste el café y tengo ganas de un delicioso té como el que traía ayer.
—¿Entonces es una cita?
—No, claro que no— digo sonrojada— No puedes salir conmigo.
—¿Porqué no?
—Porque estamos trabajando juntas y además nos acabamos de conocer.
—Sí ¿y?
—¿Entonces paso por ti o tú vienes por mí?– digo para evitar el tema.
Llevo tres años sin que me guste alguien así que no estoy segura de querer que me interese alguien y menos alguien que es famosa y que siempre tienen las luces sobre ella.
—Yo voy por ti, solo envíame un mensaje con tu dirección pero está vez si hazlo.
—Espero que no se me olvide— rió.
—Llego en veinte.
—Espera no— cuelga.
Mierda estoy hecha un desastre.
Voy corriendo a la ducha para después salir lo más rápido que puedo a ver que ropa me pongo.
Vamos a ver si me pongo un vestido amarillo o si me pongo algo más casual, a la mierda me pondré mi vestido rojo.
Me veo hermosa en el vestido, acentúa muy bien mis pecho que según yo no son tan grandes pero tampoco son pequeños y mi trasero se ve increíble además de junto con mi cabello da muy buena combinación.
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Nos enamoramos en octubre
Teen FictionSi juntas dos corazones rotos ¿se completa uno?