El sol cubria el cuerpo de Victoria,la esperanza del reencuentro,de volver a estar en sus brazos la invadia.Pero hay circunstancias de la vida que irrumpen que los sorprenden creando distancias.
¿Podrá su amor superar las pruebas?
Rodaba por la ruta,canturreando una canción que le gustaba mucho y que decía que en los ojos de ella había visto el sol salir. Era una tarde de primavera,la ruta estaba desierta. Fuera de este hermoso día,el mundo se consumía con una pandemia y un maldito virus que azotaba y se había llevado a muchos y queridos amigos y conocidos. En esta tarde de viernes él se dirigía a ver a su amor,había podido adelantar las grabaciones de la novela e iba a su hogar,a estar abrazadito de la reina de su corazón. Su teléfono comenzó a sonar y sabía de quién se trataba. -hola mi amor,¿dónde estás?¿dijiste que llegabas temprano? gordo! -mi reina, en un rato estoy por ahí,¿acaso tanto me extrañas? -siii gordito,cuidate,maneja tranquilo que te espero,te amo Cesar -yo más a ti Victoria,bye amor Colgó y suspiró como un adolescente.Llevaban más de veinte años juntos y todavía se emocionaba cuando la oía y su corazón latía frenético. Siguió andando hasta que sintió como la tierra se sacudía y perdió el control de la camioneta impactando contra un árbol. Ella tomaba sol en una poltrona y se dirigió al sótano para buscar el vino que les gustaba a los dos.Sintió la casa vibrar y se escondió bajo una estantería de metal,la casa se sacudía fuerte,y ella asustada cerró los ojos con el corazón que latía fuerte.En silencio le pedía a la virgencita que todo pasara rápido. Una gran ola arrasó con fuerza e inundó todo a su paso.La casa de playa tan amada quedó bajo el agua. Las sirenas anunciaban el terremoto. Mientras la tierra apaciguaba su furia y dejaba de vibrar un hombre abría lentamente los ojos y levantaba la cabeza aturdido y al tocarse su frente la sintió húmeda y vió que era sangre. Su cabeza estaba en blanco,no tenía idea dónde estaba ni a dónde iba. Bajó del auto y abrió el baúl encontrándose con una mochila,la abrió y vio un botiquín,lo sacó y fue a verse en el espejo retrovisor. Limpió la herida y se colocó una banda que cerraba la herida abierta. Mientras el auto y su motor humeaban,tomó la mochila y se dispuso a caminar. Cuando llegó a una buena distancia su vehículo explotó convirtiéndose en una gran llamarada. El asfalto estaba agrietado y se abría dejando ver grandes rajaduras,cuidando donde pisaba avanzó. Luego de un rato de caminar donde creía que no sabía dónde,tomó por un camino de tierra.
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