Capitulo 03: Una luz de esperanza?

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Jungkook se dirigía a su habitación después de arreglar y elegir las habitaciones de sus hijos mayores. Además, estaba atardeciendo y lo único que quería era descansar para calmar los dolores que habían incrementado un poco en cuanto a intensidad.

Una vez sentado sobre las frazadas de su cama cayó rendido ante el sueño, pues cargar algunos kilos más en su vientre no era fácil y menos cuando este era tan grande. Pues el omega pelinegro consideraba que su vientre era más grande que en sus embarazos anteriores.

Sin embargo, númerosos minutos más tarde la puerta de su habitación se abrió sin previo aviso, entrando por ella un alfa notablemente molesto. Acto que sobresalto al azabache, quien con el corazón acelerado se sentó sobre la cama, con vista hacia la puerta.

-Jeon Jungkook ¿puedes explicarme por qué cometiste semejante estupidez? -la tonalidad tan agresiva y demandante asustó al omega y lo retrajo.

El omega azabache había aprendido que cuando su alfa estaba estrado tendía a enojarse con mayor facilidad. Pero eso no quitaba que por naturaleza, el por ser omega no reaccionara bien ante aquel trato.

De forma instintiva cubrió su vientre con sus manos para protegerlo, con cautela se puso de pie y comenzó a retroceder sin responder a la interrogante

-Responde a mi pregunta -exigió el alfa pelirubio ante la actitud de su omega

-Yo... -fue lo único que pudo formular

-¿Tú qué? ¿Cuál será tu excusa? ¿Esta vez cual es tu excusa para cubrir tus estupideces?  -cuestiono

-Ellos... ellos nece.. necesitaban ayuda.. yo.. no podía dejarlos ahí -se defendió

Por su parte el alfa no tenía palabras, sabía que su bello omega era bastante bondadoso, tanto que en muchas oportunidades había salido lastimado, pero en esta ocasión el llevaba un bebe consigo; y no a cualquiera sino a su hijo

-Y ¿¡acaso pensaste en que el bebe pudo salir lastimado!? ­-grito el pelirubio

Aquellas palabras llegaron a Jungkook como un balde de agua helada, es que acaso ¿él no importaba?. Entendía que fue descuidado al arriesgarse de esa forma, pero a fin de cuentas él también pudo salir lastimado, pero "su alfa" parecía estar únicamente preocupado por el bebé y aquello le molestaba.

Además, tal parece que la única forma de que vuelvan a entablar una conversación o pasar algo de tiempo juntos despiertos, era solo si venía a reclamarle por alguna cosa.

Todo aquello frustraba al azabache, no sabía qué hacer y eso logró que su furia saliera a flote.

-¿Ahora te preocupas? Hace unas horas ni siquiera te tomaste la molestia de despedirte o desearme un buen día -se podía escuchar como elevaba el volumen de su voz cada vez más -¡Tampoco saludaste a los niños!! -gritó el omega - no tienes idea de las veces que te excuse todas las veces que preguntaba sobre ti -comenzó a caminar hacia la puerta de la habitación y sin más giro la perilla para abrirla

-Salga de mi habitación por favor­ -pidió, pues sabía que si la discusión continuaba todo terminaría mal- Majestad salga, no deseo faltarle el respeto.

Los segundos pasaban y tanto el silencio como la molestia en ambos no hacía más que aumentar, hasta que finalmente el emperador salió con los puños apretados.

Una vez solo el azabache suspiro y completamente inundado por la tristeza se dejó caer sobre la cama y las lágrimas comenzaron a salir inmediatamente hasta que la noche se hizo presente. A la par que su tristeza y decepción crecía el dolor en su vientre también, el cuál trataba de disimular, para no alterar nada en palacio.

EN EL OTRO LADO DEL PALACIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora