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Nehunor estaba escribiendo en un pequeño diario sobre lo que estaba pasando en su día; realmente no acababa de creer que inició de una forma ordinaria y sin novedades  hasta perder su empleo en la cafetería, conocer al Xclavo que admira por su talento y acabar aceptando su propuesta de trabajo.

—Que alguien me diga "no es un sueño" o le asuste para reafirmar estos sucesos —rogó en voz baja mientras cerraba la libretilla.

Como si de magia se tratara, pero más por desconcentración del baterista, obtuvo el susto necesario al sentir una mano en su hombro y dar un grito "nada varonil".

—Lamento asustarte, pero quería saber si puedes darme indicaciones para volver a ese bar —pidió Ferlo, sin dejar de ver a Nehunor que cayó tres segundos después al suelo. — ¡Despierta, Nehunor conchetuvida!

—Si esto es un sueño, no quiero despertar —balbuceó con la cara contra el suelo, logrando un suspiro del otro.

Tras recobrar la compostura, y su dignidad, Nehunor salió acompañando a Ferlo para dejarlo en el bar donde trabajó. Cuando apenas iban a despedirse, "conchetulora" saltó sobre el baterista hasta que logró separarlos, reclamando que no debía de golpear al baterista hasta escuchar un "¡renuncio!" por parte de Nehunor ya molesto.

— ¡¿Viste lo que has causado, estupido cabeza de ganso?! —reprochó furioso el albino, dejando caer su gorra inconscientemente e irse.

—Aquí no ha pasado nada, pueden irse, gente —gritó Rockomano, logrando disipar a la gente reunida.

—Oe jeffar, creo que siempre tienes compostura, pero ahora te has pasado —reprochó Ramón, negando con la cabeza hacia su amigo.

—Pero se lo llevó de la nada weon, ¡lo pudo haber secuestrado! —alegó Jeffar mientras se quitaba la enorme cabeza de ganso.

Después de tres doritos, digo minutos, Jeffar notó el gorro del cantante y lo tomó, escondiéndolo y caminando a donde memorizó se fue el más joven. Una vez logró dar con su ubicación, pudo reconocer que se trataba de la dirección a la cual mandaba sus cartas con letras.

Tomó aire y se adentró en el edificio, abandonando cerca de las escaleras el enorme gorro de ganso y preguntando por él.

Tras muchas puertas tocadas con respuesta negativa, no abiertas o maldiciones, logró dar con él gracias a una viejita que siempre le agradecía por tocar algo suave por su bien.

Tocó la puerta y colgó el gorro, escondiéndose para ver a Ferlo tomar su pertenencia extraviada y entrar.

Se retiró del piso donde vivía y, para la mala suerte de Jeffar, se encontró con Rockomano en la entrada del edificio

— ¿No te cansas de acosarlo, sino que ahora vienes a molestarlo a su hogar? Putamadre Jeffar —gruñó molesto Rockomano.

—Por si no te diste cuenta, había abandonado su gorro y vine a dejárselo —bufó enojado Jeffar, haciendo una pelea de miradas donde Rockomano perdió al cerrar los ojos y negar.

—Le haces daño a Ferlo y yo mismo te parto la madre —amenazó y dio vuelta para irse.

Jeffar suspiró pesado y agradeció por primera vez que Rockomano no lo hostigara, sino se atrevería a cortarle él mismo su amado pelo largo como castigo. Solo con pensar en perder su melena le hirvió la sangre, pero logró relajarse al tararear uno de los covers e irse como si nada hubiera pasado ahí.

Guitarrista Solitario, XclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora