1. Vida

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Y de repente, silencio... Un profundo silencio se instaló en la sala tras el grito ensordecedor de la gallega, que le había desgarrado casi tanto, como el empujón que había tenido que dar, por suerte, el último.

Un llanto, un estridente llanto rompió la burbuja en la que tanto Miriam como Mimi se habían sumergido. La menor de las dos sudaba por el esfuerzo, tenía la vista nublada y el corazón desbocado y aun así, en el profundo desastre en el que se encontraba, decidió enmarcar el momento como el más feliz de su vida.

-Ya está aquí- susurró la granadina con la voz quebrada por la emoción –Amor que lo has conseguido- tras esto, dejó un beso en la frente de la gallega, quién se dejó caer exhausta sobre la camilla. Ya estaba, lo había hecho, habían logrado llegar hasta allí y la verdad, no parecía real.

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*Junio de 2024, 17 meses antes*

-Mimi...- El susurro de la gallega sacó a la rubia mayor de su trance, devolviéndola de golpe a la realidad

-Dime- murmuró recolocándose de nuevo sobre su pecho, estaban tiradas, literalmente, en el sofá. Miriam sentada medio ladeada entre el respaldo y el apoyabrazos y Mimi, recostada sobre su pecho mientras su chica le acariciaba con mimo los brazos. El televisor reproducía una película a la que, para ser sinceros, ninguna de las dos estaba prestando atención.

-Eh...- Miriam titubeó no sabiendo cómo poner en palabras lo que quería decir, realmente era sencillo, era una simple pregunta clara, pero tenía miedo... Miedo de la respuesta que la granadina pudiera darle, porque conocía a su rubia como nadie, y sabía que pecaba de sincera y eso le asustaba, porque, aunque quisiera negarlo, Miriam no se creía capaz de soportar una negativa como respuesta a la idea que llevaba semanas dándole vueltas

-¿Qué pasa?- Mimi se incorporó apoyando los brazos en el sofá y mirando a Miriam a los ojos, lo supo, supo que la cabeza de la gallega estaba a mil por hora, no sabía que era lo que aturdía su mente, pero estaba segura de que temía hablar lo que en esta rondaba –Ey... ¿Sabes que puedes decirme lo que sea, verdad?- trató de infundirle calma, acariciado a su vez su mejilla izquierda acompañando sus palabras.

-Jobá...- suspiró tratando de recolocar sus ideas –Mimi.... ¿A ti te gustaría ser madre?- preguntó con un hilo de voz, trató con todas sus fuerzas que su pregunta sonase casual, despreocupada, y sí, trató, porque no lo consiguió

-Pues....- Mimi se movió un tanto nerviosa, no es que ese pensamiento rondase su mente a diario y mucho menos se esperaba esa pregunta en aquél preciso instante. Sí, le gustaban los niños y quizá su mente contemplaba la posibilidad de ser madre, pero siempre como una idea de futuro, donde un panorama estable afianzara su vida y hubiera cumplido sus sueños. –No lo sé- habló sincera y pudo ver un dejo de decepción en el rostro de su chica –A ver... sí...- mustió jugando con sus dedos nerviosa –Pero no sé... siempre lo he visto como lejos...- trató de explicarse

-Ya...- Miriam suspiró –Si yo he pensado igual...- mantuvo el silencio por unos segundos hasta que Mimi la incitó a continuar –No sé... es que llevo unas semanas rallada...- trató de restarle importancia

-¿Desde lo de Mireya?- preguntó comprendiendo

-Sí...- susurró la menor de las rubias. Mireya, compañera de ambas del programa Operación Triunfo, del que habían salido ambas casi ocho años atrás, había anunciado al grupo de compañeros, que aún mantenían una estrecha amistad aunque algunos más que otros, que estaba esperando su primer hijo.

Y De Repente Tú ~Miriam2~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora