Y si empezara a cuestionarme, no me alcanzaría la vida para entender que es el amor.
Preparo un café, me siento a ver la lluvia caer por mi ventana, es una imagen recurrente pero en alguna que otra gota, aparece el recuerdo mojado de tu voz. ¿Eso es amor?
Sigo la ruta de la gota en mi ventana, observo como va tomando diversas formas y ahí me encuentro yo, siempre andando, siempre cambiando, sin importar lo que se cruce en mi camino yo sigo adelante, a veces más grande y otras tantas más pequeña, pero soy yo y esa gota me lo recuerda... Esto me acerca un poco más al amor.
Tal vez el amor también es eso que vive en Francesca, quien, aunque enamorada como nunca en su vida, fue incapaz de abrir esa maldita puerta de la camioneta para escaparse con él, con su Robert aquella tarde de lluvia en el condado de Madison.
Y ahora la gota es diferente, no está en mi ventana, está en la de ella, sobre su rostro o más precisamente deslizándose por el, es una lágrima... Lágrima que va limpiando los restos de amargura que van quedando, es su lágrima, es mi lágrima.
El cielo llora con esta lluvia torrencial, mi alma se calma con las gotas que caen de mis ojos, ahora es la misma lluvia en distintos universos.
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Por las noches
RandomHistorias, cuentos donde todos en algún punto sentimos identificados identificamos. Los pensamientos nocturnos nos revelan nuestros más oscuros e internos sentimientos.