Algo rutinario

Capítulo 1. El inicio

"Los humanos originalmente, fueron creados con:
dos cabezas (Una miraba a la izquierda, y la otra a la derecha), el cuello era redondo, cuatro brazos, cuatro piernas, el estómago y las costillas formaban una bola, podían caminar a cuatro patas, o erguidos como personas normales.

Las dos cabezas miraban hacia direcciones opuestas. Pero ellos no solo caminaban, también rodaban. Eran muy veloces.

Eran redondos ya que el hombre, era hijo del sol, y la mujer, era hija de la tierra. Su fuerza era extraordinaria, su poder era inmenso, y eso los volvió ambiciosos. Decidieron desafiar a los Dioses, para que así, ellos pudieran tomar su lugar.

Escalaron el Olimpo, los dioses preocupados pensaron en aniquilarlos.
Zeus dijo: " dejen que vivan, tengo un plan para hacerlos más humildes y disminuir su orgullo. Los cortaré por la mitad, y los haré caminar en dos piernas, eso los va a hacer menos fuertes, además, aumentará la población, eso es una ventaja para nosotros" y dicho esto, comenzó a cortar a las criaturas a la mitad, Apolo, volteó sus cabezas, para que pudieran ver a su parte amputada eternamente.
Apolo le dio forma a la barriga, juntando la piel que sobraba del centro para que recordasen lo que habian sido un día.
Pero las criaturas empezaron a morir.

Morían de hambre y de desesperación. Se abrazaban. Cuando una de las partes moría, la otra simplemente se quedaba a la deriva, buscando a otra como él o ella.
Zeus tuvo pena de las criaturas, y tuvo otra idea, dio vuelta a las partes reproductoras de los seres, hacia su nuevo frente. De ahora en adelante, se reproducirían un hombre y una mujer en un abrazo.
Con el tiempo las criaturas se irían olvidando de todo lo que había pasado y lo único que quedaría de recuerdo, es el deseo de encontrar a la persona que lo/ la complementa.
Por eso hay que pasar la eternidad buscando... a esa persona que te haga sentir.. completo/completa."

Ares cerró de golpe el libro que tenía en sus manos, aquella historia le daría en que pensar, pero ahora debía bajarse del metro. Había llegado a su parada para ir al nuevo centro, dónde iba a empezar su nueva etapa estudiantil.
El edificio estaba a unos 10 minutos de la estación de metro, lo tenía calculado ya que había ido unos días atrás, para tener claro el recorrido que iba a hacer y cuánto iba a tardar, desde la puerta de su casa, hasta la puerta de la escuela.

El camino se lo pasó escuchando música y pensando en qué iba a pasar cuando llegara allí; nunca se le habían dado bien las primeras veces, ya había ido a estudiar a un sitio donde no conocía a nadie, salió bastante bien parado de allí, pero nunca se sabe si aquí pasaría lo mismo, uno de sus temores, el que más rondaba su cabeza, era la clase de personas con las que compartiría clases, durante al parecer 3 años, a aquellas clases podía ir cualquier persona, no había requisitos de edad, ni de estudios, quizás él fuese el más joven y no encajara con el grupo, y estuviera incómodo estudiando lo que él soñaba estudiar desde hacía ya unos años.

Al cabo de 3 canciones y un puñado de pensamientos, se presentó en la puerta de la escuela, era grande, con puertas corredizas transparentes, grandes carteles en la entrada, con el nombre bien grande encima de su cabeza. Aquello era digno de una escuela de cine con prestigio.

Echó un vistazo a su alrededor y vio a varias personas, había gente hablando, otros estaban apartados escuchando aún música, otros se sentaban en el borde de la puerta, otros simplemente esperaban; así que decidió quedarse de pie, cerca de la puerta, observando a las personas y pensando quiénes de aquellos podrían compartir aula con él. Sintió alivio al ver que el gran porcentaje de la gente era cercana a su edad, así que siguió mirando a su alrededor, se fijó en una chica que tenía delante y se sorprendió, por un momento pensó que la conocía ya que se parecía mucho a una chica que conoció haría unos meses en el cumpleaños de una de sus amigas.