El agua de la ducha caía lentamente por mi piel, mientras me movía suavemente al ritmo de Nathy Peluso, una cantante Argentina que había descubierto hace poco; y que ya que estoy, les recomiendo. Tiene una admirable inmensa libertad para expresarse ... yo quiero eso para mí si algún día llego a ser cantante, si algún día ... No había nada que deseaba más en mi vida, el universo me lo debería que poder conceder, al menos por pena. Ojalá, pero por el momento les presentaba mi show a los shampoos, acondicionadores, jabones y esponjas de mi baño, que estoy segura disfrutaban la performance .
Dicho sea de paso, qué momento tan mágico el de bañarse. Había veces que hasta me daba pena apagar el agua, terminaba con cierta realidad paralela que me creaba cuando me metía en la ducha. Era inevitable no verlo de esa manera porque, no sólo por el ruido del agua parecido al de una lluvia infinita sino, el hecho de estar en cuatro, uno mismo con uno mismo. Yo ahí adentro ganaba todas las discusiones que teníamos con la pared, era la mejor bailarina y cantante, y podía hacer lo que sea, sin tener un espejo, ni nadie que me observe o escuche.
Fue duro pero apagué el agua y lógicamente, primero saqué una pierna, después la otra; tiré la cabeza hacia abajo, agarré la toalla, me hice un torniquete en el pelo y ya lo tenía recogido. Sequé mi cuerpo a las apuradas como siempre, pues me daba muchísima fiaca, cuando de repente, sonó el timbre y el silencio que se provocó durante esos treinta segundos, me invitó a que atendiera ya que nadie más lo iba a hacer. Corrí hacia la puerta al grito de "¡Voy!" y cuando la abrí me quedé paralizada.
Era Azul, mi mejor amiga, que venía para que nos preparáramos juntas pues esa noche teníamos una fiesta ... lo había olvidado por completo.
-¿Qué haces semi desnuda, nena? -me preguntó saludándome con un beso en la mejilla mientras pasaba el marco de la puerta.-Te pido mil disculpas, en serio.-le contesté sosteniéndome la toalla alrededor de mi pecho-Aunque sea que es un privilegio que alguien te reciba de esta manera tan sexy.
-Pff, ¿Sexy? Amiga yo te quiero un montonazo, pero justo la toalla de los Backyardigans no estaría siendo muy sexy que digamos.
-¡Bueno, eh! Vos ya estás producida, así cualquiera-le digo cruzando los brazos-Además, la idea era arreglarnos juntas-le reclamé mirando el vestido negro que llevaba puesto, que le quedaba hermoso (como todo lo que se ponía) y el maquillaje artístico que se había hecho en los ojos, con tonos plateados brillantes.
-No, no, yo me tengo que preparar estos desde antes, para estar así hay que estar más de tres horas, no me alcanzan cuarenta minutitos-me dijo señalándose el cuerpo de arriba abajo.
-Yo en cinco estoy regia, cariño-le dije chasqueando los dedos.
-Dale, dale ... seguro ni siquiera sabes lo que te vas a poner.
-Obvio que no-le contesté y nos reímos.
Pasamos a mi habitación, levanté el uniforme que había quedado tirado en el suelo, y pusimos música a todo volumen. Me acerqué a mi armario roto, al ritmo de la música y comencé a elegir el vestido que iba a ponerme. Esa era una de las razones por las cuales llegaba tarde a todos lados: de los cuarenta minutos de preparación, treinta de ellos estaba probando qué me iba a poner.
Y así fue, estaba entre uno negro strapless bien corto o, uno rojo fuerte con tiritas finitas. Azul opinaba que el negro era mejor, pero escogí el rojo simplemente porque Rachael de Friends lo había usado en un capitulo, básicamente también por eso lo había comprado.
ESTÁS LEYENDO
La vida soñada
Подростковая литератураAria, una joven de dieciséis años llena de esperanzas, comienza a vivir la experiencia de cumplir su sueño. ¿Será como lo esperaba? ilustración tapa: @caroreymundi