Capítulo 12 ✴

66 23 20
                                    

Ashton.

Morgan no me contesta los mensajes.

Vaya novedad.

Reviso mi celular actualizando su chat cada vez que puedo. ¿Qué no tiene teléfono? ¿Se le acabó la batería? ¿Por qué es tan difícil responder? Ayer en la noche le envíe mensajes que ella ignoró totalmente.

¿Y si pasó algo?

Dios, Morgan. Si esto fue porque te quedaste dormida juro que me mato.

Leo los mensajes que le envié ayer en la noche y suspiro. ¿Me habré visto muy desesperado?

@ashtoncoleman
Hola zanahoria, ¿llegaste bien a tu casa?

@ashtoncoleman
Mañana te llamaré para que nos veamos, ¿a qué hora estás disponible?

@ashtoncoleman
¿Ya te quedaste dormida?

@ashtoncoleman
Que zanahoria tan dormilona

@ashtoncoleman
Nos vemos mañana, buenas noches Morgan

Y nunca respondió. ¿Estará enojada conmigo? Lo dudo, hasta dónde yo se ayer fue un día agradable incluso para mí. Fue la primera vez que disfruté tanto pasar el tiempo con alguien, más cuando se trata de ella.

Suelto un bufido y continuo acomodándome la corbata. Quisiera decir que puedo descansar en sábado, pero mi primo me llamó está mañana para decirme que hay un empaque de producción que envió a la distribuidora y tengo que revisar que esté en buen estado, en las cantidades correctas y empezar a preparar los papeles para exportar el pedido a Canadá.

Cuando salgo de mi habitación mi padre está sentado en la mesa de la terraza con vista hacia la playa. Me acerco a él para mirar la forma en la que mira con anhelo la playa. Él siempre amó este lugar. Nunca le gustó estar encerrado en una hacienda. Al menos me consuela saber que vivió su vida haciendo lo que él quería.

—¿Ya te vas a trabajar? —pregunta él mirándome de reojo.

—Hay un pedido de Canadá que debemos exportar pronto. La empresa nos ofreció pagarnos una enorme suma con tal de que tuviéramos listo el pedido en tiempo récord. A más tardar mañana los vinos deben estar transportándose a Vancouver.

Él suspira.

—Lamento que tengas que trabajar en fin de semana.

—No me pesa hacerlo —miento. La verdad es que otra razón por la que odio este trabajo es porque no me deja tiempo para hacer nada— Yo... recibí los resultados de tus análisis.

Veo como su espalda se tensa y mi respiración se va ralentizando poco a poco. No se cómo voy a tener la fuerza para darle una noticia así si yo mismo estoy a punto de derrumbarme. Quisiera solo tirarme a mi cama y llorar sin parar, pero eso no solucionaría nada.

Necesito ser fuerte. Por mi padre. Así cómo él siempre fue fuerte por mí.

—Está bien —él intenta darme una sonrisa— Sea lo que sea, estoy listo.

No puedo contener el nudo que se forma en mi garganta. Demonios, ¿desde cuando me es tan difícil decir la verdad? Nunca me he preocupado mucho por la forma en la que mis palabras puedan afectar a los demás, pero con mi padre es diferente. Siempre ha sido diferente.

—El resultado fue... positivo —murmuro.

Su rostro no se contrae en dolor como el mío, si no que hace una mueca mucho peor. Él ya lo esperaba, lo presentía y que se lo confirme no es más que una formalidad. ¿Cómo puede estar tan tranquilo? ¿Cómo ha podido mantenerse cuerdo todo este tiempo?

¿Y si te digo que te quiero? © [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora