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Blake:
_Al llegar a la escuela lo primero que hice fue abrir mi casillero, de lo cual me arrepiento ya que al abrirlo me estalló una bomba de una especie de slime azul asqueroso, escuché las risas de todos los que estaban en el pasillo que me hicieron enojar aún más de lo que ya estaba.
_Empecé a buscar a Dayra por todo el pasillo y la encontré justo enfrente de su casillero hablando con sus amigas y camine hacia ellas. Me voltearon a ver y se empezaron a reír como el resto del pasillo.
-Hola amor- dijo riendo. -Hola desquiciada- sonríe sarcástico. -No me digas así- dijo parando de reír y se pone seria. -Está bien inútil-. -Sabes? no tengo ganas de pelear- dijo tratando de irse. Vi que se quería ir y paso justo al lado mío y le puse el pie haciendo que se cayera y que el pasillo volviera estallar en risas.
-Upps, te caiste "amor"- dije resaltando la palabra. -Si,- dijo haciendo puchero. -Me ayudas- dijo extendiendo la mano. -Claro- dije ayudándola a pararse.
Dayra:
_No dejaría que el me dejara en ridículo y cuando me ayudo a pararme le di una patada en donde más le duele haciendo que se cayera al suelo.
-Jamás me vuelvas a meter el pie- dije susurrandole en el oído. Él se paró como pudo con dolor. -No me importa que seas una mujer- trato de pegarme con su puño en mi cara pero me agache super rápido haciendo que le diera a el cristal que estaba justo atrás mío y que se quebrara en miles de pedazos. Yo me levanté despacio viendo el desastre. -Que hiciste idiota?!- dije asustada.
-Yo...yo-Blake Talabis y Dayra Johnson vengan a dirección ¡AHORA!- se escuchó la voz de la directora por la bocina. Los dos miramos asustados y el pasillo solo nos miraban con cara de "que hicieron". Empezamos a caminar en dirección de la dirección, hora si estamos en serios problemas por la culpa de el estúpido de Blake.
-¡Como se les ocurre romper uno de los cristales de la escuela y no cualquiera si no el de los trofeos!- dijo la directora muy enojada. -Lo sentimos- dijimos los dos al mismo tiempo con la cabeza baja. -Ya se que lo sienten, pero sus problemas de novios no es culpa de la escuela y menos de los trofeos- dijo pasando su mano por su frente estresada.
Los dos estábamos en la dirección. La conocíamos de memoria, nunca cambia. Era más o menos grande, color gris. Tenía muchas diplomas de la directora. La conocíamos de memoria, siempre era lo mismo, nos regañaba por hacer un desastre, mandaba a uno de los dos al baño a limpiarse, nos mandaba al castigo o al otro lo dejaba ir y ya.
