Solo tenía 18 años, cuando decidí irme de aquí, quería ver mundo, y eso hice. No me arrepiento de nada, ni de haberme ido, ni de nada. Guardo también muy buenos momentos. 18 años, cuando se cumplen, piensas que vieja soy, pero cuando pasan 15 años mas y mirás atrás se ven súper pequeños.
Desde pequeñita había querido estudiar peluquería, estudié todo lo que pude para ser una de las mejores, la mejor para mí.Entonces me salió un trabajo fuera de la pequeña ciudad en la que vivía. Sabia que si no salía con esa oportunidad de allí, ya no saldría nunca. Asi que a penas lo pensé.
Aunque mis padres al principio no lo llevaron bien, la pequeña de la casa se marchaba de casa, mis otros dos hermanos mayores ya estaban casados. Por lo que para ellos también empezaba una nueva vida, sin hijos. Pero sé que ellos estaban muy orgullosos de mí, y de sus hijos. Puede que no fueramos grandes triunfadores en la vida, pero lo que si eramos, era felices, habiamos luchado por lo que queriamos ser y eramos felices con ellos, aunque fueran metas modestas. Pero que mas da, lo que se necesita en la vida es encontrar la mayor felicidad posible y que cuando te levantes cada mañana y te mires al espejo, te guste la razón por la que tee levantas.
Cuando me marché llegue a una ciudad grande, todo nuevo para mí, casa nueva, trabajo nuevo, amigos nuevos , todo nuevo. La verdad es que cambiar de vida de vez en cuando, era fascinante.
Trabajaba en una buena peluquería, la cual me dejaba crecer , me dejaba libertad. No podía pedir más. Mis compañeros eran encantadores. Y mi jefe, era el mejor. Tampoco tenía con quien comparar, pero era el mejor. Se llamaba Gustavo, era guapo, tenía varias peluquerías repartidas por la ciudad, él si que era un verdadero triunfador.Era 10 años mayor que yo, pero creo que me empezó a gustar desde que entré por la puerta de la peluquería. Me enamoré, era un tipo de persona nueva para mí, y es posible que me enamorara por ello.
A él ya le había dado tiempo a casarse, a tener un hijo y por suerte para mi en ese entonces a divorciarse.
Desdevlas primeras semanas, me llamaba su pequeña Ire, me palpitaba tofo cuando me llamaba así. Al contrario que un empleado normal, a mí me encantabba que me mandará, que me dijera todo el rato lo que tenía que hacer , así sabía que estaba pendiente de mi.
Él era un hombre muy ocupado, por que siempre estaba de un lado para otro, pero poco a poco fui notando como pasaba mas tiempo en esta peluquería que en las demás.
Todo era perfecto, cuando me llamaba mi familia y me presguntaban que tal estaba, solo podía decirles que genial, que yo me quedaba allí.
Me sentía como un enano con um.bosque entero para él solo.
Poco a poco fui notando como Gustavo se acercaba a mi cada día más. Y empezaron nuestras cenas. Y despues dd las cenas nuestros besos y despues nuestras noches eternas. Fue mi maestro, me enseñó a amar, y a ser amada, me enseñó todovlo que una mujer puede aprender. Fueron los tres años mas maravillosos de mi vida. No nos importaba la edad , ni lo que pensaran de nosotros. Nos importaba solo nosotros. Disfrutabamos en el trabajo , y fuera, y cuando fuimos a vivir junto, disfrutabamos cada día. Cada día que pasaba era mejor, siempre sacabamos lo bueno del.día a día. Y nuestros viajes, ahí si que vi mundo.
No me arrepiento,porque disfruté, y con eso me voy a quedar.
Parecía un cuento de hadas. Pero en todo cuento de hadaa, también pasas cosas malaa, pero eso solo.significa que despues vendran las.buenas para acabar.con un y fueron felices y comieron perdices.
Roberto, decidió, volver con su ex mujer, y con su hijo. Aunque decía que mr quería y que había sido lo mas maravilloso que le había pasado en la vida. El amor de su vida había sido su ex mujer, habían pasaddo una mala época , pero ahora ella quería volver, y sabía que se arrpentiría si no.volvía con ella junto a su hijos. No quería hacerme mas daño en el futuro.
A mi, me destrozo la noticia y me calló como un cubo de agua fría en una fría noche de invierno.
Gustavo me dijo que podía seeguir trabajando allí, que me daba una semana para pensarlo, que el se iría de viaje una semana, asi yo podría recoger las cosas de su casa y decidir todo, si cuando.volviera no estaba en.la.peluquería ya sabría mi decision.
Yo me tiré, cuatro días de los siete llorando desconsoldada. Pero era una chica fuerte, siempre había sido fuerte. No le podía gusrdar rencor por todo lo maravilloso que me había dado en estos tres años. Pero mi dolor de estar cerca de él y no poder tenerle, me quemaba por dentro. No podía quedarme, me moriría de pena. Y tampoco quería que él jugara conmigo, a ver si me iba a querer de amante.
Si me marchaba, el no sabía de que pueblo venía ni nada, pertenecia a nuestra antigua vida que decidimos contar lo justo y necesario.
El marcharme significaba no volverle a ver. Ya me había hecho daño una vez y aunque no le odiara, no permetiria q me lo hiciera otra vez.
Recogí todas mis pertenencias, y deje todo lo que me.recordaba a él en su piso, si me iba no quería llevarle conmigo.
Hice las maletas, y volví a mi ciudas, donde pensé que nunca iba a volver.
Y ya estaba allí. Empezaba de nuevo una nueva vida. Pero ahora tenía la lección aprendida.
Hola queridos lectores, historia nueva, los comienzos siempre son.dificiles a ver que tal resulta este. Seguiré con mi otra historia os recuerdo, y también os la recomiendo. Capitulo largo para empezar. Puede que parezca que ya esta todo dicho, pero esto solo acaba de empezar, espero que la disfruteis, un abrazo vuestra autora. :)
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El amor también puede doler
RomanceHay historias que merecen ser escuchadas, merecen ser contadas. Historias que ayudan a otras personas, que emocionan, que se puede aprender de ellas. Que motivan. Yo quiero compartir mi historia porque quiero enseñar que el Ser humano esta preparado...