Capítulo Diecinueve: Ella

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Ella.

Tiene un jardín cuadrado en el corazón. A veces tan llena, a veces tan vacía.

Tan linda.
Tan letal.
Tan impredecible.
Tan confusa e imposible de mirar con los ojos.

No hace ruido cuando se rompe, late a mil por hora, siente como si el mañana no importara.

Es silencio y ruido.
Lleva una paz abrumadora bajo las pestañas que ya quisiera la guerra conquistarla. Hace añicos a quien entra a la fuerza y cierra la puerta cuando está indispuesta a hablar.

Es lo que otros pueden temer, por eso es única. Exacta para dar segundos y un desastre para darse minutos, a solas, con ella.

Es la chica que, aun no siendo el amor de tu vida, no la cambiarías por nadie en el mundo, porque prefieres cambiar la vida, que cambiarla a ella por cualquiera.

Teme ser nadie para quien quiere serlo todo.

Es una herida que sana. Inexplicable como cuando estás de bajón, y de repente, con alguna tontería te hace reír como si jamás hubieses llorado antes.

Ella.

Como aquellas voces que te hacen llorar, como los lugares que te hacen recordar.

Ella.

Como aquel lugar que ruge tan fuerte como un león y otras veces permanece en un abrumador silencio.

Porque con ella no estás atrapado en el calvario de no saber adónde perteneces.

– Time –

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