Pokémon: Esencia.
Desde que tiene memoria, Ash Ketchum, soñaba con ser un gran maestro pokémon. ¿Que es lo que pasará ahora que tiene la oportunidad de comenzar su viaje, y no solo eso, con un Growlithe a su lado?
ʙʟᴀᴄᴋʟᴜᴄɪᴀɴᴏ.
El sol había caído en su segunda noche fuera de casa. Ash, hizo que Growlithe, usará ascuas para encender una fogata, prendiendo fuego a la madera que acababa de terminar de recolectar. Su campamento era bastante básico; solo una pequeña fogata y un saco de dormir bastante cálido.
El niño de diez años y su pokémon habían pasado la mayor parte del día viajando. Se detuvieron varias veces, aceptando los desafíos de algunos entrenadores ambulantes. La mayoría de ellos no llevaban más que tipo insectos, por lo que Ash y Growlithe, no tuvieron problemas para derrotar a todos y cada uno de ellos.
Los dos amigos simplemente se quedaron allí cómodamente. Ambos ojos estaban fijos en las hermosas, y brillantes luces pintadas magistralmente en el cielo del anochecer.
Ash, rompió abruptamente el largo período de silencio. -Realmente no hay nada mejor que esto.-
Growlithe, no reaccionó en absoluto, pero Ash, se dio cuenta de que estaba de acuerdo. No creía que el cachorro supiera cómo responder.
Fue entonces cuando Ash, decidió permitirse volverse vulnerable. Growlithe, era su inicial; y nada iba a cambiar eso. Llevaban juntos un par de días y sabía que debía dejarle saber a Growlithe, cómo se sentía.
-Growlithe, prometo cuidarte siempre.-
El pokémon cachorro miró a Ash con curiosidad. A lo que Ash se sonrojó levemente por la repentina atención de Growlithe.
-No soy muy bueno para expresar cómo me siento.- le dio unas palmaditas en la cabeza a Growlithe, mientras hablaba. -Cuando tomé la decisión de tomarte como mi inicial, quise decir permanentemente. No importa a dónde me lleve mi viaje, espero tenerte siempre a mi lado.-
Growlithe, asintió con la cabeza en señal de afirmación. Las palabras de Ash, significaron mucho. Deseando poder expresar sus propios sentimientos con palabras. Desafortunadamente, todo lo que pudo lograr fue acurrucarse más cerca de su entrenador y amigo.
