Te Quiero... || Tamaki Amajiki

[08]

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Cuándo salimos del subsuelo Nejire y Mirio estaban esperando a Tamaki.

- Vaya, vaya... -Dijo en un tono coqueto Hado, mientras nos veía llegar de la mano.- Los dejamos solos un rato y miren nada más.. -Sonrió y se acercó seguida de Mirio.

Miré nuestras manos entrelazadas y me puse nerviosa, asique lo solté. Tamaki me miró algo desilucionado, pero supongo que comprendió.

- Me alegro que ambos estén bien. -Habló el rubio con un pulgar arriba.- ¿Creen que tardemos mucho en volver?

- Espero que en una semana o dos todo vuelva a la normalidad.- Dijo Tamaki. Asentí para dar a entender que esperaba lo mismo que él.

Unos gritos se escucharon entre el bullicio, diciendo el nombre de Nejire. Eran unas compañeras del curso que, supongo, querían decirle algo, la mencionada levantó los dos brazos saludando y, luego de pedir disculpas por dejarnos, se fue con ellas.

- _______ _______(t/a), -Me llamó un profesor por la espalda. Me di la vuelta y lo miré esperando que continuara.- Necesitamos hablar contigo, ¿Te enfrentaste a un villano, no es así?

- Ah, s-sí. -El hombre me indicó que lo siguiera, para contarle que fue lo que pasó en privado.- Lo siento, n-nos vemos luego. -Saludé a ambos chicos y caminé junto al profesor.

- Tamaki.. -Lo llamó Mirio con una pícara sonrisa.- ¡Cuéntame lo que pasó!

- Ah.. -Amajiki se avergonzó al recordar todo lo sucedido.- Claro.. -Dijo en un tono bajo, pero lo suficiente cómo para que Togata escuchara.

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Terminé de contarle todo a los profesores. Estaba caminando hacia la salida de la escuela para ir a casa, pero al salir Amajiki estaba ahí, con las manos en los bolsillos, buscando a alguien con la mirada.

Cuándo se dio cuenta que estaba ahí, desvió la vista y yo hice lo mismo. No quería que fuera así, pero era obvio que después de un beso de verdad, todo fuera muy incomodo.

- ¿Amajiki...? -Me acerqué con una sonrisa vergonzosa.- ¿Esperas a alguien?

Tamaki amagó mirarme, pero no lo hizo.

- De hecho, s-sí.. -Contestó titubeando un poco, volvimos a lo mismo de antes.- ¿T-te acompaño a.. Casa?

Sonreí y asentí. La verdad, ya me esperaba eso.

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Todo el camino fue bastante silencioso, pero no tan incómodo cómo pensé. Era un silencio cálido, reconfortante, ambos sonreíamos mientras caminábamos.

Se me ocurrió preguntarle si querría venir a mi casa, siempre me acompaña pero nunca lo invité a pasar. A demás, mis mejillas siguen tomando color cada que pienso en ese beso, pero si me dejaba llevar por la vergüenza nunca avanzaría.

- Sabes... -Llamé su atención, obteniendo su mirada.- ¿No quieres pasar? Digo, entrar a mi casa. -Tamaki me miró sorprendido, y con razón, era la primera vez que proponía algo así. Le sonreí.- Siempre salimos a la hora del almuerzo, pero supongo que tú comés después que todos porque sueles acompañarme a casa y... No quiero que tengas hambre.

- Oh, ah.. -No sé si estaba pensando su respuesta o repasando la pregunta.- Está.. Bien.

Una calles más y ya estábamos en la puerta de mi casa. Al abrirla y dejar mi mochila (bolsa, bolso, etc.) me acordé de un pequeño detalle. No le había comentado a mi madre de esta invitación.