los poemas que escribí

2. Me da miedo caminar a la noche sola

Salgo de lo de mi amiga a eso de las diez.
Las calles están oscuras y vacías. Debí haberme quedado en su casa.
La parada no está lejos, solo son tres cuadras.
Esta oscuro, tengo frio, tengo miedo.
Llego a la parada. Hay un hombre alto, es grande, me está mirando.
Son las diez y diez y el colectivo no llega. Llega otra persona a la parada.
Golpeo mi pie contra el piso nueve veces hasta que llega.
Me subo, hay ocho personas más aquí. Las cuento.
Ese hombre se sentó atrás de mí, siento su mirada desde aquí.

Miro mi celular mientras él esta ahí. Estoy de espaldas a él, pero su mirada esta en todo mi ser.
Mi casa no está lejos, siete paradas mas y estaré en paz.
Le mando mi ubicación a mi amiga. Le digo que casi llego. Le digo que voy bien.
Ahora hay seis personas aquí. El sigue detrás de mí.
Me muevo para bajar, el también. Ahora mira al frente, yo también.
Me bajo, se baja. Cinco cuadras y estoy en casa.
Camino rápido porque el camina detrás de mí.
Esta oscuro, no anda nadie, tengo frio. Tengo miedo.
Quizás estoy exagerando. Quizás el vive por la cuadra.
Cuatro mensajes de mi amiga. Los veré cuando llegue a la esquina.

Me doy vuelta, solo para ver si sigue. Sigue. Tiene una mirada extraña.
No me da buena vibra, voy a doblar en la esquina.
Es un camino más largo para llegar, pero ya no lo veo a mí pasar.
Tres calles más, tengo que llegar.
Escucho pasos. No miro, me apuro; no corro, me alcanza.
Dos casas. Dos casas me quedaban.
Debí haberme quedado en lo de mi amiga.
En las noticias siempre pasan esos casos de chicas desaparecidas.
Uno nunca sabe cuándo va a ser la siguiente.