Capítulo 2 - Nada mejor que una canción para una despedida

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Madrid, 10 de diciembre de 2004

—Cielo, necesito hablar contigo de una cosa antes de irme — informó Bruno a su mujer mientras colocaba su ropa dentro de la maleta.

Vanessa se sentó en el pequeño sofá que tenían en la habitación y miró hacia él, expectante.

—Bruno... Estoy esperando a que hables — dijo pasados unos minutos.

—Ah, em... sí, claro.

—Vamos, si te parece bien. También puedo esperar media hora, no es como si tuviese algo que hacer — dijo sarcástica.

—No cambiarás... — dijo suspirando su marido — Espero. Pero bueno, es sobre Ashley. Verás... no sé si volveré a poder verla, si podré volver a veros a las dos; porque no estoy seguro de llegar vivo el día 16. Pero... si me pasase algo, quiero que sigas educando a Ashley de la forma que habíamos acordado. Hablaré con un amigo, él se encargará de enviaros la pista que espero encontrar en este viaje, y luego...

Ness interrumpió su discurso abrazándolo, y no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas, que Bruno se encargó de secar antes de que cayesen.

—Mamá, ¿por qué lloras?

La pareja llevó un buen susto, ya que no habían escuchado entrar a la niña.

—Ash, no puedes pegarnos esos sustos — la reprochó su madre.

—Pero mamá, es que estabais muy concentrados. ¿Por qué se tiene que ir papá? — se quejó la pequeña.

—Porque tengo que hacer una misión muy importante — respondió Bruno.

—¿Cómo las de James Bond?

—Igualita — dijo agachándose —. Pero ya verás como dentro de poco estoy en casa de nuevo — la tranquilizó mientras le revolvía el pelo.

—¿Podemos ir al parque? — preguntó la niña, ya más tranquila.

—No sé... — dudó Bruno.

—Porfa, porfa, porfa, porfa, pooooorfiiiiis — suplicó.

—Está bien, iremos — respondió sonriente Vanessa.

Y ese día Vanessa y Bruno jugaron mucho más con Ashley que otros días, porque ambos dudaban que volviesen a poder estar los tres juntos.

Madrid, 15 de diciembre de 2004

Un molesto timbre despertó a Vanessa en medio de la noche. Miró el reloj, marcaba las tres de la madrugada. Alargó el brazo y contestó el teléfono.

—Buenas noches. ¿Vanessa Campos? — preguntó una voz femenina al otro lado de la línea.

—Sí, soy yo.

Disculpe que la moleste a estas horas. Llamo desde el hospital de Barcelona.

El corazón de Vanessa empezó a latir más fuerte cuando recordó que Bruno había viajado a Barcelona. ¿Podía ser que la llamada fuese por él?

Verá... Recibimos hace cinco minutos una llamada que nos informaba de que había un señor tirado en el suelo al lado del río y que no se despertaba. Mandamos a una ambulancia, y miraron su carnet de identidad... El hombre es Bruno Hernández

—Está... ¿Está vivo? — preguntó Vanessa asustada.

Sí, pero en un estado muy grave. La ambulancia aún no ha llegado, pero van lo más rápido que pueden. Haremos todo lo que podamos, pero va a ser difícil...

La mujer seguía hablando, pero Ness había dejado de prestarle atención.

<<No puede ser. Bruno no va a morir. Se pondrá bien, pronto estaremos los dos comprando los regalos de Navidad para Ashley, y después la observaremos dejar las galletas para Papá Noel. Bruno no va a morir>>, repitió mentalmente Vanessa, en un intento de no desmoronarse.

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2016 ⏰

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