The answers are all in my mind

Capítulo 1 - Los comienzos

Universidad Complutense de Madrid, 21 de septiembre de 1997

Vanessa entró decidida por las grandes puertas de la universidad en el primer día del tercer año de carrera. Encontró rápidamente el aula donde asistiría a su primera clase, y buscó con la mirada a su amigo. Lo vio sentado en la tercera fila, y ella ocupó un sitio a su lado. Antes de que pudiesen saludarse, el profesor entró en la clase, causando que todos los alumnos guardasen silencio.

—Bien, seré vuestro profesor durante todo el curso en esta asignatura tan interesante como es la historia de la evolución humana. Hoy empezaré hablando de un tema sobre el que, probablemente, la mayoría no sabe casi nada. ¿Alguien sabe algo de la legendaria familia Reed?

Algunos alumnos elevaron la mano, pero Vanessa se sintió paralizada por un instante.

—Disculpe profesor — llamó la atención del maestro la chica.

—¿Si, señorita...?

—Campos, Vanessa Campos. ¿A qué familia se refiere?

—Bien, a eso iba. Todo empezó con un científico XX, que fue unos de los promotores de la teoría de la evolución de Darwin. Pues bien, resulta que ese señor también desarrolló otra teoría por su cuenta, y consiste en que en la Prehistoria, por algún motivo desconocido, una extraña partícula llegó a la Tierra. Esta entró en el organismo de un homínido de esa época, probablemente porque se la comió, y la partícula viajó a través de generación en generación hasta ahora. Según dicen, cuando la partícula se abra otorgará a la persona que la posea en su organismo conocimientos que hasta ahora nadie poseía — explicó, mientras ilustraba su exposición con algunas imágenes que proyectaba.

El silencio se expandió por la sala durante unos segundos, hasta que todos los alumnos comenzaron a murmurar entre ellos, causando un gran barullo.

—Estudiantes, por favor — les regañó el profesor —. Veo que tenéis ganas de hablar, pero prefiero que sea de uno en uno.

—Señor, ¿esa teoría es cierta? — cuestionó un alumno de la primera fila.

—Bueno, hasta ahora no se ha podido demostrar, pero sí que es cierto que hay mucha gente que cree fielmente en ella. Incluso hay una familia, la familia Campbell, que según cuenta la historia es enemiga de la familia Reed desde que desarrollaron la teoría. Ellos no quieren que esa partícula se abra e intentan matar a quien la posee. Al menos, es lo que dice la historia.

—Pero hasta ahora no han podido encontrar a esa persona, ¿cierto? — preguntó un alumno del fondo del aula.

—Eso parece, señorito...

—López, Christian López.

—Bien, las dos familias se han mantenido en el anonimato hasta ahora, lo que les dificulta encontrarse entre sí.

El timbre sonó en ese momento, y el profesor dio por terminada la clase.

Tras unas cuantas clases más, que a Vanessa se le hicieron eternas, los alumnos pudieron ir a comer.

—Hola Bruno — Vanessa saludó a su amigo una vez que se encontró con él en el gran comedor de la universidad.

—Hola Ness — le devolvió el saludo, usando el apodo que él mismo se había inventado —. ¿Qué tal tu día? No te veo desde la primera clase.

—Cierto, es demasiado tiempo — mostró una sonrisa burlona —. Y respondiendo a tu pregunta... ha sido un día largo. Muy largo. Interminable.

—Bueno, si te consuela el mío no ha sido muy corto tampoco. Y Ness, tengo que hablar contigo de algo importante.

—Lo supuse... — Vanessa mostró una mueca — vamos a sentarnos y después de comer hablaremos, ¿bien?