𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐢𝐬𝐤 𝐂𝐡𝐢𝐥𝐝 | ShiIta

Prólogo

Trabajar para Madara era lo peor...

Itachi no era del tipo que expresaban abiertamente sus sentimientos, pero si le preguntaban a él, diría que preferiría estar muerto antes que seguir trabajando para su demente tío. Había matado ya a 15 personas en un lapso de apenas 6 días, y se sentía, no, no se sentía, ERA un asesino, un asesino repulsivo y despreciable. El solo escuchar los gritos de agonía de sus víctimas al ser cortados por el filo del arma que sostenía en su mano derecha le causaba asco, pero de todas formas tendría que hacerlo, porque Madara era un hombre peligroso, el criminal mas buscado del estado, mas bien, del país, liderando un grupo de sicarios que desde el primer asesinato, hasta hoy, no ha sido encontrado.

Y ahí estaba él, en camino a matar personas para la satisfacción del sádico de su tío.

Desde que tenía 10 años se le inculcó el arte de matar personas y siempre lo odió, pero nunca imaginó que la mayoría de su tiempo lo pasa haciendo aquella cosa tan atroz como quitarle la vida a alguien.

Itachi localizó a la ''Víctima'' y en un abrir y cerrar de ojos, estaba en el suelo, desangrándose. Afortunadamente, aquella persona se encontraba en uno de los muy pocos lugares solitarios, hasta un niño de seis años sabe que estar en una calle sola a altas horas de la noche es como meterse a la boca del lobo, y podrías terminar muerto. El Uchiha suspiró y rápidamente se fue, sin dejar algún rastro de que alguna vez estuvo ahí, a excepción del cuerpo sin vida.

Unos minutos después llegó donde su tío, dándole el informe de que aquel tipo había sido asesinado exitosamente, para posteriormente bañarse bien, lavándose como si eso ayudase a limpiar su manchada imagen y a devolverle la vida normal que tuvo cuando era un niño. Posteriormente fue a la recámara de su apartamento, el cual desgraciadamente para Itachi, compartía con Madara, y apenas su cabeza tocó la almohada, cayó profundamente dormido.

A las 7:00 en punto, Itachi estaba ya arreglandose para irse de camino a la sede de aquel grupo de sicarios, se colocó su máscara y salió del edificio donde vivía para emprender camino a la sede del grupo de sicarios, iría mas tranquilo si no fuera porque hay un tipo extraño siguiéndolo, nunca lo había visto en su vida, y no creía que Madara dejara de confiar en él como para ponerle un espía. Cuando volteó a verlo, el tipo ya no estaba, Itachi pensó que por fin toda la sangre y muertes que había visto comenaban a acabar con su cordura.

Al llegar por fin al lugar, que se veía como casa embrujada de películas de terror, para su sorpresa encontró el lugar solitario ¿Se habría equivocado de hora? ¿O tal vez Madara le estaría jugando una broma pesada? Estaba a punto de llamar a su tío cuando una mano lo agarró, Itachi volteó rápidamente para encontrarse con un hombre enmascarado, frunció el ceño y se soltó del agarre del contrario solo para ser derribado rápidamente al piso, Itachi cerró fuertemente los ojos por el dolor y de una patada se reincorporó, sacó una de sus katanas y arremetió contra el hombre, sin embargo no fue de mucha efectividad porque en un segundo, el arma estaba rota. El hombre le asestó un golpe en el estómago a Itachi que no tardó en ser regresado, en medio de un intercambio de patadas y golpes, Itachi aprovechó un descuido en su atacante y le acertó un puñetazo en la cara, haciéndolo caer al suelo. Itachi inmovilizó al hombre y le quitó la mascarilla, grande fue su sorpresa al ver que la identidad de su atacante era su tío Madara.

—¿Tío? ¿Se puede saber qué estabas haciendo?— Itachi no recibió respuesta, pero vio que en donde había recibido Madara el puñetazo, había una quemadura, miró la mascarilla que tenía en la mano, y había un orificio, con los bordes del mismo negros, como si antes estuviese quemándose, y notó que Madara tenía quemaduras que se veían recientes en todo su cuerpo, como si durante la pelea hubiese estado incendiándose, Itachi alzó una ceja y volvió a mirar a Madara, pero lo que notó raro, es que su mirada cambió a ser de un color gris mas frío, comparada a la que tuvo durante el enfrentamiento.

—¿Pero qué pasó? ¿Itachi?— Dijo Madara para luego cerrar los ojos fuertemente y agarrarse la cabeza por un agudo dolor, para luego soltarse y apuñalar con el pedazo faltante de la Katana a Itachi en el estómago y luego atravesarse a sí mismo con esa misma arma. Itachi se quedó perplejo al ver la escena, para luego toser una gran cantidad de sangre, no tardó en actuar y presionar el suéter que traía puesto Madara contra su herida sangrando a montones mientras intentaba salir del lugar a paso lento

Logró recorrer unos cuantos metros, dejando un camino de sangre por la acera antes de que sus piernas dejaran de responder, y lo último que vio antes de caer desmayado fue a un chico de cabello corto negro y revuelto bajar de una furgoneta acercarse a él para llevárselo, sin poder hacer nada para evitarlo.