LA DONCELLA DE ROJO

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La noche es uno de mis escenarios favoritos, solitaria y tranquila; es misterio, oscuridad y el teatro de mi inspiración

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La noche es uno de mis escenarios favoritos, solitaria y tranquila; es misterio, oscuridad y el teatro de mi inspiración. Aquí me encuentro, sentado frente a mi escritorio, observando por la ventana la más inquietante oscuridad que invade los bosques, imaginando mi próxima creación. El café a mi lado comienza a enfriarse por lo que le doy un sorbo y me dispongo a escribir.

Mi ordenador esta abierto, preparado para acompañarme en este recorrido terrorífico, no por nada soy uno de los autores más leídos de terror, pero hoy querido lector quiero contarte como se desarrollará mi próximo relato titulado "La doncella de rojo".

Era martes 14 de febrero, cuando decidí salir con aquella joven con la que había estado hablando durante unos días por una aplicación de citas, su nombre era Ynnerys Fulter, una joven hermosa, de tez blanca y coloradas mejillas, de ojos azules y risos dorados. Trabajaba en una escuela como docente infantil; y su amabilidad y bondad me trasmitían una sensación difícil de explicar. Ese día nos reunimos en un restaurante a cenar, Ynnerys lucía un hermoso vestido rojo pegado al cuerpo y traía un maquillaje ligero que dejaba contemplar su excéntrica belleza. La salude encantado y nos sentamos a la mesa a cenar. La velada era perfecta, un buen plato de pastas junto a un vino exquisito. Me aclaré la garganta cuando le pregunté si deseaba comer algo más, ella negó con la cabeza mientras mordía su labio inferior, provocándome de una manera incontrolable.

—¿Te gustaría pasar a tomar un café por mí casa? — le había preguntado una vez que note como su vestido deseaba ser arrebatado.

Ella asintió con la cabeza y la llevé hasta mi auto, allí tuvimos una conversación muy ligera cuando de repente ella me preguntó cuál era mi color favorito.

—Es el rojo —expresé sin ningún titubeo — el rojo color sangre.

—Vaya —expreso ella mientras se acomodaba el cabello hacía un lado — mi color favorito también es el rojo.

La pasión que invadía nuestros cuerpos era incontrolable. Llegamos a mi casa y puse a calentar el agua, mientras Ynnerys esperaba sentada en el sofá.

Y supongo que ahora se estarán preguntando... ¿Tuvimos nuestro momento de intimidad? Pues déjenme contarles lo que sucedió a continuación. Como saben y le he comentado a Ynnerys mi color favorito es el rojo sangre, por lo que no dude en quitarle ese vestido.

La pasión se apoderó de nosotros y en la intimidad nos unimos más, pero lo que mi amante no sabía era que estar en mi casa era estar en el infierno. Ynnerys estaba recostada en el sofá completamente desnuda, tomé un cuchillo de mi cocina y caminé hacia donde ella estaba, me arrodillé y comencé a besar su cuello, Ynnerys cerró sus ojos mientras reaccionaba a mis caricias, fue entonces cuando tomé mi cuchillo y comencé a pasar el mismo por su desnudo cuerpo, el frio del metal la hizo reaccionar por lo que rápidamente abrió sus ojos; intentó alejarme de su cuerpo, pero claro ya no había marcha atrás.

—¿Qué haces? —dijo exaltada.

—Recuerdas que te dije que mi color favorito era el rojo sangre –expresé mientras observaba como su expresión dibujaba un retrato de terror —pues quiero ver ese color en tu cuerpo —exclamé mientras clavaba el cuchillo en su pierna derecha y comenzaba a deslizarlo hasta el dedo gordo de su pie.

Los gritos de mi amante me excitaban más, por lo que la tomé del cuello mientras las lágrimas que caían de sus ojos comenzaban a mojar mi mano.

—Quiero que seas mi doncella de rojo — le susurré mientras tomaba mi cuchillo y se lo clavaba en el brazo y lo deslizaba hasta su dedo índice.

Dejé que Ynnerys intentará escapar de mis delirantes deseos de matarla, pero ella no iba a salir con vida de este lugar. Fui detrás de ella la tomé en mis brazos y la llevé hasta la cocina, allí la acosté en la mesada y la até con unas cuerdas. Preparé mis instrumentos preferidos, mis amados y preciados cuchillos. Tomé uno de ellos, era pequeño, con un mango de plata, caminé hasta ella y le abrí la boca, su desesperación era mi mejor droga, esa adrenalina de convertirla en mi doncella de rojo. Su mandíbula se descolocó de su boca, sus ojos azules llenos de venas y lágrimas me pedían soltarla, pero no, un verdadero asesino no se deja conmover por las lágrimas, tomé su lengua y con mi pequeño cuchillo comencé a cortársela, ese iba a ser mi trofeo, mi recuerdo de ella. Sus gemidos y quejidos hacían aumentar mi adrenalina, disfrutaba como mi doncella estaba tomando forma. Una vez que tuve su lengua en mis manos, la guardé en un frasco y la coloqué en mi armario de triunfos, ese lugar donde estaban los trofeos de mis más grandes historias de terror. Mientras mi doncella agonizaba, tomé una libreta y una lapicera y me senté a su lado mientras comenzaba a escribir el inicio de lo que sería mi relato.

—Muy bien, mi amada Ynnerys, debo continuar con mi relato, un buen escritor no puede dejar historias a la mitad ¿No crees?

Sus ojos volvieron a suplicarme por su vida, pero ella era la inspiración de mi creación no podía dejarla ir así por que sí. Tomé el cuchillo con el que mi padre había asesinado a mi madre y lo acerqué a su estómago, hice un pequeño circulo alrededor de su ombligo, la miré a los ojos nuevamente y le clave el mismo en medio de aquel circulo, comencé a excavar y a desprender la piel de su cuerpo, necesitaba ver sus órganos, mi padre solía decir "una mujer con órganos dañados, es una mujer rota". La sangre comenzaba a invadir mi mesada y mi doncella poco a poco se iba pintando de rojo, sus ojos se iban cerrando y el calor de su piel iba desapareciendo, ella estaba muriendo, mi doncella estaba naciendo. Una vez que logré encontrar sus órganos, descubrí que estaban en perfecto estado, había escogido a la mujer perfecta para ser la inspiración de mi historia. Tomé otro de mis amados cuchillos y comencé a quitarle la piel, dando lugar a unos músculos rojos y a la más extravagante masacre de sangre. Acaricié sus mejillas y besé sus labios agradeciéndole por lo que había logrado, y de esta manera la tomé en mis brazos y la llevé a mi congelador, si ella iba a ser la protagonista de mi historia no podía tirarla a la basura, Ynnerys se había convertido en mi doncella de rojo y la amaba, la amaba más que a nadie y allí iba a permanecer hasta mi próxima creación.

Y así, es como mis historias cobran vida, así es como ustedes mis lectores piden más y más, me alegra que disfruten de ellas, ya que no hay mejor manera de crear algo así sin vivirlo en carne propia. Lo interesante de esto, es que nadie me conoce, nadie sabe donde vivo, ni quien soy, solo conocen a Aurelio Hans, el nombre que esconde al verdadero escritor maldito.

Ahora mis queridos lectores, tengo una pregunta muy importante para ustedes ¿Están preparados para ser los próximos protagonistas de mi historia?

Ahora mis queridos lectores, tengo una pregunta muy importante para ustedes ¿Están preparados para ser los próximos protagonistas de mi historia?

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NOTA DE AUTORA: Bienvenidos lectores y lectoras a esta historia. Aurelio Hans es un escritor muy especial, así que tengan cuidado que tal vez y los toma de inspiración. Les agradezco que le hayan dado la oportunidad y espero disfruten mucho de las confesiones de este escritor. Nos vemos en el próximo capitulo...

Un siniestro abrazo.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2023 ⏰

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