Capítulo 2.

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Caminamos hacia un grupo de chicas, nunca las había cruzado durante todos estos cinco años. Tyler corrió hacia donde estaba la supuesta chica y la alzó, sosteniéndola de los muslos y dando un par de vueltas como en la típica película de amor ridícula. Rodee mis ojos y negué con la cabeza. Todavía no lograba decifrar su rostro, lo tenía escondido en el cuello de Tyler, pero si hablamos de sus curvas, tenía un cuerpo estupendo y no me molestaría tenerla en mi cama y hacerla mía, pero eso era imposible, era la novia de mi mejor amigo. 

 Me perdí en sus ojos brillozos color azúl puro, bajé mi mirada a sus labios que formaban una línea recta al ver mi expresión, que estaba seguro que tenía una cara de viejo baboso que quería follarsela hasta que el mundo acabe, pero eso era cierto, quería hacerlo. Tyler se dio vuelta y hizo una seña con su cabeza, indicándome que me acerque hacia ellos, tragué una gran bocanada de aire y me acerqué hacia allí. Volví a mirar esos ojos que me volvían loco, joder, ¿cómo era que ésta mujer pudiera causar esto en mí? Ni siquiera sabía su nombre y ya moría por probar esos labios rojizos y carnosos, encajaban perfectos con los míos. Estaba embobado y debía controlarme, no era la última chica del instituto, y aunque lo sea debería controlar estos sentimientos de lujuria que recorrían mi cuerpo. 

─Hermano, deja de mirar así a mi novia, la espantarás. ─Lo que Tyler menos iba a imaginarse era lo que estaba sucediendo en mi mente, había una guerra entre mi subconsciente y yo, necesitaba cometer una locura, me lo estaba pidiendo yo mismo pero no podría.

Dejé de mirarla y fijé mi mirada en Tyler, sonreí falsamente y extendí mi mano hacia la de la enamorada de Tyler, en forma de saludo. «¡Oh vamos, Justin! ¿Desde cuando el chico más mujeriego de éste instituto saluda a una chica que está bien buena con un apretón de manos? Persivo que estás actuando de una forma que tú no quieres, ve y cómete esa boca que tanto deseas» dijo mi subconsciente, como siempre tirándome al peor camino y así iba a terminar si hacía algo que anhelaba tanto,  peor de lo que estaba ahora. 

─Oh, lo lamento. Soy Justin Bieber, no sé si me conoc..

─Sí, lo hago. ─Ella interrumpió, me miró con repugnancia, como si le hubiera echo algo. ¡Maldita sea ésta mujer! Estaba seguro que era una zorra más que se hacía la difícil y quería ver como moría por tenerla desnuda. Zorra.

─No creo que la conozcas, Justin. Se llama Amy, Amy Peterson. Y bueno, tú.. Ya lo conoces. Nunca lo habías dicho. ─Tyler la miró, su ceño estaba fruncido y comenzaron a conversar, sinceramente no voy a narrar esto. Me importaba una mierda de lo que hablaban. Sólo la quería a ella. Puta tentación que sentía, o mejor.. Puta ella. 

Esto ya se volvía aburrido, Tyler vivía con ella y yo no podía lidiar con ello, necesitaba despejarme un poco con algo o con.. Zoe Well, mi zorra favorita. Ella era la típica chica que no peleaba por hombres, le podía gustar cada chico que se le presentaba en su vida de.. Alcohólica, fiestera y popular. Aunque tenía a millones de hombres atrás, ahí estaba yo, su preferido. No quiero agrandarme, aunque debo admitir que soy un tanto engocéntrico  pero no en éste caso, no con ella. Zoe era una chica más, una más de mi lista de mujeres con la que pasé una noche, nada más que eso. 

Mi vida no era la mejor de todas, tenía días de mierda con los que me sentía completamente solo, sin nadie a mi lado pero eso no era tan malo. El problema no era la soledad, puedo sobrevivir con ello.. Las consecuencias de mi soledad era mi padre, recordarlo.. No tengo muchos recuerdos de él, pero demasiadas fotografías, y demasiadas ya es una palabra chica para mí. Tengo una pizarra blanca en mi cuarto llena de fotos de papá, del recorrido de toda su perfecta vida hasta que él falleció. Eso fue mortal para toda la familia, para la empresa pero más que nada para mí. La empresa de papá ahora estaba al mando de mi madre y siendo sincero, no sabía como ella podía ocuparse de todo y aún así mantener esa misma sonrisa de las fotos de cuando mi padre estaba vivo. Era tan complicado, las preguntas permanecían en mi mente, y nunca las había logrado sacar de ahí. Y allí es donde quedaran, sólo por el miedo de las putas respuestas.

─¿Swaggy? ─Sí señores, así me llamaba Zoe, se me hacía embarazoso que ella me llamara así enfrente de mis amigos. La miré fulminantemente y ella comprendió que tendría que callarse. Agachó la mirada, esa era mi chica, me gustaba cuando obedecía. 

─¿Qué no sabes que odio que me llames así, Zoe? ─Dije entre dientes, ella volvió a pedir perdón y noté como sus labios temblaban, no tan inquietamente pero temblaban. Asentí con la cabeza para tranquilizarla un poco y ella me dio un feroz beso en los labios y se esfumó en unos segundos, como si fuera una dinamita. ¿Qué mierda les pasaba a las mujeres de ahora? ¿Desde cuándo Zoe se portaba tan tímida y se iba corriendo como una niña asustada? Sí, definitivamente nunca entenderé a las mujeres.

Fucking Tentation.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora