El día había pasado lento y aburrido. Estaba en el techo de nuestra casa, mirando el vecindario, observando cada cosa que ocurría en éste. Me gustaba ver desde otro lugar a las personas, que no sea cerca de ellos. El cigarrillo que había prendido hace unos segundos, seguía en mi boca y podía sentir el humo por todo mi cuerpo. No me sentía bien ni mal, sólo estaba. Era un alma sin emociones, sin sentimientos y me sentía bien de esa manera. Comencé a pensar en lo que mi subconsciente me había dicho a mi mismo —qué idiota me siento— podía tener a Amy en mi cama si eso querría, pero no terminaba de comprender esto, ella era muy hermosa y podías excitarte en menos de un minuto al ver su trasero, pero.. Tyler, maldito sea. Habían tantas mujeres en el jodido instituto, ¿Justo con ella? ¿Por qué? Maldecía a él y a mí a la vez, era todo una jodida mierda de la que quería salir.
Vi pasar a una chica en bicicleta, no le tomé atención hasta que vi esos ojos azules puro que me volvían loco. Mierda, era ella. Le chiflé para que prestara atención en mí y ella miro en cuestión de segundos. Frunció el ceño al saber quien era y se detuvo, aparcando su bicicleta en la vereda de mi casa. Mostré mi dedo índice, haciéndole entender que me de un minuto para que bajara y hablemos. Me acerqué a la ventana con sumo cuidado, volví a entrar a mi habitación —Por cierto ésta estaba bastante ordenada— , bajé las escaleras ferozmente, mi madre posó su mirada en mi y soltó una leve risa.
— ¿Quién es, Tyler? —Escuché decir de la cocina, rodeé los ojos, porque sinceramente al que menos quería ver era a él, y sí, es un tanto cruel pero necesitaba un poco de intimidad con mi chica, Amy.
Abrí la puerta y ahí estaba ella, con una musculosa blanca que en su pecho derecho estaba el logo de la marca de ésta, bajé mi mirada y vi un short ajustado, pegado a su cuerpo, no quería imaginarme como estaba atrás. Sacudí mi cabeza y vi como su rostro estaba completamente serio, las palabras no podían salir de mi boca, ésta estaba entre abierta pero ningún sonido salía de ahí, nada. Hasta que ella al final habló.
—¿A qué se debe tu llamada, Bieber? —Una de sus cejas estaba levantada y su mano derecha estaba apoyada sobre su cadera. ''Bieber'' sólo en ella quedaba bien llamarme así, si hubiera sido otra ya la hubiera escupido. Mis ojos volvieron a mirar esos labios que eran imposibles olvidar.. ¡Y ni los había tocado! Me sentía débil al verla, ¿cómo podía ocurrime esto? ¿Dónde quedaba el chico ganador? ¿¡Dónde!?
—Eh.. Yo.. Uhm.. —Mi mandíbula inferior se tensó de inmediato, pasé una de mis manos por mi cabello castaño, desarmando mi jopo. Ella revoleó sus ojos, mostrando desinterés y eso hacía que me enojara aún más, ninguna mujer había actuado así conmigo en años. Mis puños estaban cerrados y comencé a apretarlos con dureza, no estaba siendo consciente de esto, pero mi enojo aumentaba cada vez más y al final dije: —Quería presentarme mejor. Yo.. La última vez no me presenté de la manera adecuada. ¿Quisiera pasar?
—No, la verdad es que estoy.. —Y ahí volvió mi anterior yo, el ganador. Coloqué una de mis manos sobre su cintura, acercando su cuerpo más al mío, sonreí victoriasamente al ver su expresión. Di unos pasos hacia atrás, y cerré la puerta. Me fascinaba la idea de saber que podía manejarla, al menos lo más mínimo.
Caminé hacia el sillón plural, me senté en el y ella se sentó a mi lado, pude sentir que estaba incómoda y aún así me gustaba. Creo que le molestaba que la estuviera viendo en cada momento del día pero a mi me encantaba ver cada perfección de su rostro y de sus curvas.. Joder, ésta mujer me volvía loco.
El timbre sonó, haciéndome desconcentrar de todo, ella dirigió su mirada hacia la puerta y yo fruncí el ceño. Mamá fue corriendo hacia la puerta, dio media vuelta su cabeza y sus cejas se levantaron a ver a Amy. ¿Sorprendente, no? Primera chica que traigo a ésta casa.
La puerta se abrió y esto no podia ser cierto, ¿la vida estaba jugando en mi contra o qué? Maldita sea. Tyler estaba ahí.
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Fucking Tentation.
Teen FictionÉl era un chico frío, no había reglas en su vida, podía tener a cualquier mujer que quería a sus pies y no creía nada en el amor, pero al verla a ella hizo que una maldita tentación se convirtiera en lo más complicado de su vida.