Un Feliz Cumpleaños

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A la mañana siguiente Okano fue la primera en despertarse. Se encontró a si misma dentro de sus sabanas, con la pijama puesta. Varios flashbacks comenzaron a aparecer en su cabeza del día anterior. Se enrojeció y pidió que la tierra se la tragara. No solo su primer encuentro con el alcohol fue de lo peor posible, también todo lo que pasó después. Imágenes suyas y de Justice desnudos en la ducha parecían imborrables. ¿En verdad había puesto a su mejor amigo en esa posición? ¿En verdad le había hecho eso a Kimura?

«Soy una estúpida. No querrá volverme a hablar después de eso».

Vio el calendario junto a su cama, viendo que era 12 de Junio. Le había hecho todo eso a su mejor amigo el día de su cumpleaños. No solo era la mayor vergüenza de su vida, también el mayor error al apartar a esa persona tan especial. Pensaba si hablarle o ir a buscarlo sería una buena idea, era su cumpleaños así que tenía eso de excusa. Aunque también pensaba dejar pasar algo de tiempo, que las cosas se enfriaran, que la molestia que seguro debía de tener desapareciera y entonces ya hablar con Justice.

Con desanimo Okano se levantó de la cama, rumbo a la cocina por algo de beber. Era joven, así que no había indicios de resaca, aunque sin duda estaba deshidratada. Al salir vio a aquel chico durmiendo en el sofá. Sus ojos se abrieron como platos al ver que seguía allí.

«Es mi momento —pensó animada—. Podre disculparme con él. Puedo arreglar las cosas».

Se acercó cuidando de no despertarlo bruscamente. Calentó el café que quedaba y puso un par de panes en la tostadora. Y entonces se acercó a Justice. Él estaba recostado en el sofá con solo una manta desacomodada encima. Traía una vieja playera verde y unos boxers. Apartó la mirada y fue con él llevando un par de tazas de café.

—Buenos días, Kimura.

El chico se estiró y bostezó, jalando más la sabana.

—Buenos días —respondió.

Justice Kimura no pudo ver a Okano a la cara, seguía sintiéndose apenado por lo que hizo la noche anterior, su amiga estaba ebria y él no hizo más que ducharse con ella y tocarla en su parte más íntima. Deseaba con todo el que ella no recordara nada de eso.

Al dejar la taza sobre la mesita frente al sofá, Okano alcanzó a ver algo que la hizo sonrojarse y apartar la mirada sin mucha delicadeza. Justice no entendió a que se debía hasta que vio como sus boxers parecían una tienda de campaña.

«¡Una erección matutina! ¿Justo ahora? Con mayor razón pensará que soy un pervertido» pensó con horror, tomando la manta para cubrir su virilidad bajo su bóxer.

Justice quedó mudo.

—No fue mi intención verte así —dijo ella apenada, con el rostro rojo y aun mirando hacia otro lado.

—Perdoname a mí —tartamudeó el chico—. No creas que estaba haciendo nada malo en tu casa. Es normal que pase en las mañanas, lo juro. No quiero que pienses que so un pervertido.

—Jamás pensaría eso de ti. Eres mi mejor amigo.

—¿Lo dices en serio?

—¡Claro! Yo soy quien debe disculparse por anoche. Fui una tonta, no tengo idea de que bebí. Te hice pasar tanta vergüenza y te puse en una mala posición. Es mi culpa, en verdad lo lamento.

—En verdad era yo quien quería disculparse, por todo lo de ayer. Hice cosas sin permiso, lo hacía para ayudarte, estabas mal, pero se salió de control. No debí hacer nada de eso.

—Creo que fue cosa de ambos —rio Okano, apenada.

Okano vio a Justice sonrojado, aun cubriendo su entrepierna con la sabana.

Justicia al RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora