No tan lejos del reino Toshinori se encontraba el reino Midoriya un reino que tienen una enemistad que se digamos, se an intentado hacer acuerdos de paz pero mayormente terminan siendo un fracaso
Hasta que un dia un se decide cazar a sus progenitores como unión de paz, lo que los dos bandos aceptaron tal propuesta
El príncipe de aquel castillo y futuro soberano del reino, no aceptó tal barbaridad, pero su padre lo obligó a hacerlo sabían lo que el reino Toshinori tenían para ofrecer le y una oportunidad asi, no lo desperdiciaria por la rebeldía de su hijo
A lo que terminó aceptando
Izuku: casarme? con una chica que no conozco?! QUE PIENSA MI PADRE?!-este dio un golpe a la pared de su cuarto- y... ni siquiera la amo... -dijo este en un susurro mientras caía al suelo
Lágrimas de sus ojos brotaron, llorando en silencio en su gran habitación, sin nadie quien lo apoye en estos momentos, si no el mismo...
"Porque?... porque el destino me hace esto?"
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Horas más tarde, el chico salio del palacio a escondidas, quería respirar un poco de aire fresco después de tanto brollo, asi que se colocó su capa y al llegar a la gran puerta los caballeros y guardias le dejaron pasar
Kurogori: Se va a meter en problemas mi señor -dijo este en un tono serio sin mirarle
Izuku: No es tu problema... -respondió de mala gana mientras se iba
Kurogori: tks! estupido niño -dijo este entre susurros con enojo
El se llevaba a sí con todos los caballeros, sus padres los contrató pero no les daban buena espina; ni con las de servicio se llevaba bien, intentaba de dialogar pero todos eran como si no tuvieran vida...en fin, estaba solo, a excepción de su madre quien le dio mucho cariño desde pequeño
Ella no lo pudo apoyar en ese instante, porque también había accedido a tal propuesta a duras, sabía que la hija de la Reina y el Rey toshinori era una gran princesa, por lo que ella había leído en sus cartas y escuchado rumores de sus antiguos "pretendientes"
Siguiendo con el pecoso...
El se fue al pueblo, donde parecían festejar el compromiso de los reinos, lo que al pecoso entristeció, camino hasta llegar a un bar. El cual entro sin ningún miedo en sí, ya que no era la primera vez que entraba; al entrar se colocó en la barra sentado se, en eso vio a la chica que atendía la barra, lo que hizo que hablara
Izuku: Podría darme un vaso de su mejor vino? -pregunto este con otro tono de voz uno más escalofriante
A lo que la chica se sobresalto volteando la mirada inclinándose rápidamente
