Capítulo 28: La tragedia

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–¡Lana! ¡Lana! – gritaba Lola– Por favor no te vayas. 

 –Lincoln, te puedo pedir una última cosa – lo que sea.

–Me puedes dar un último beso – dijo Lana.

 El peliblanco se acerca al rostro de su moribunda hermana, y le da un último beso. 

 –Los amo a los dos, espero que sean muy felices.

 –¿Por qué te estas despidiendo? – exclamo Lola – vas a recupérate. 

 Justo en ese momento llegan los paramédicos, colocaron a Lana en una camilla para bajarla, y luego en una ambulancia hasta el hospital, sus hermanos lo acompañaron. En el hospital Lana fue directa a la sala de operaciones; Lincoln y Lola hicieron su declaración a la policía.

 Meli también llego al hospital, gracias a ella Lola y Lincoln están vivos, pero Lana está gravemente herida; los dos se acercan; Meli está a punto de romper en llanto esto motivo a que Lola se quebrara en llanto también, y ambas se dan un fuerte abrazo. 

 –¿Entonces que van hacer? – preguntó la latina – van a seguir juntos. 

 –Ahora más que nunca debemos estar juntos – respondió Lola. 

 –Lamento que lo nuestro no haya resultado bien Meli – dijo Lincoln. 

 –Está bien, bueno lo único que me queda es desearles suerte. Hasta pronto chicos. 

 Y Meli se fue del hospital muy triste, Lola decidió avisar a sus padres sobre todo lo que sucedió, cuando llegaron no vieron con buenos ojos a Lincoln, los señores Loud y sus hermanas miraban con desdén al peliblanco. Lola trato de explicarles cómo sucedieron las cosas, su madre la reprendió  por haber huido de casa, mientras que Lynn sr. responsabilizó a Lincoln. El doctor que estaba a cargo de la operación salió del quirófano, se dirigió a los señores Loud. 

 –Lamento informales, que hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para tratar de salvar la vida de su hija, la bala entro a su corazón y no pudimos retirarlos sin que ocasionara una hemorragia; lo lamento en verdad. 

 –¡Mi hija! ¡muerta! – dijo Rita – ¡Noooooo...!

–Esto no puede ser cierto – dijo Lynn sr. quedo en shock al igual que su esposa.

 Lily les alcanzo un vaso de agua a cada uno. Rita pidió ver a su hija, el doctor le pidió que le acompañe, Lynn sr fue tras su esposa; entraron a la sala de operaciones, una enorme sábana blanca cubría el cuerpo de Lana, Rita retira la sabana, y cuando observa a su hija sin signos de vida, rompe en llanto.

–Perdóname hija. Lo siento tanto. 

 Rita recuerda que la última vez que hablo con su hija discutieron por del tema de Lola, ella no estaba de acuerdo en que enviaran a su hermana gemela a un internado; pero ahora que su hija paso a mejor vida ya no podrá reconciliarse con ella. 

 –Hemos realizado algunas ecografías también – dijo el doctor – su hija tenía 2 semanas de embarazo.

 –Está seguro doctor – dijo Lynn sr.

 –Completamente señores. 

 Los señores se despidieron de su hija, y otra vez en la sal de espera estallaron de ira, Lynn sr. le dio un puñetazo en la cara a Lincoln, y Rita le dio doble bofetada a Lola.

 –No conforme con Lola, también te aprovechaste de Lana – dijo Lynn sr. muy iracundo – niégamelo si no es cierto. 

 Lincoln no dijo ninguna palabra solo enmudeció, pero pensó como lo descubrió, Lynn sr. le mostro una ecografía en que indicaba que Lana estaba esperando un hijo, esto lo desbastó – ya no eres mi hijo, ni tu tampoco Lola. 

 –Ambos son responsables por la muerte de Lana – dijo Rita – lárguense, no quiero volver a verlos. 

 –Pero mamá, no puedes hacernos esto – dijo Lola – nosotros estamos tan conmocionados como ustedes, yo jamás volveré a ver a mi hermana gemela – Lola empezó a llorar.

 –Lárguense – grito muy alto – y no quiero verlos en el entierro de Lana. Ya no son parte de esta familia. 

 Lincoln y Lola voltearon a ver a sus hermanas, pero todas ellas miraron a un costado, fueron ignorados. Lincoln tomo de la mano a Lola, y se fueron. Tres días después fue el entierro de Lana, pero ni Lincoln ni Lola pudieron asistir, porque ya no quería causarle mas problemas a su familia, ni tampoco querían tener contacto con sus hermanas mayores quienes si asintieron; esto lo confirmaron gracias a Meli, quién pudo asistir al entierro, y ella le dio los detalles por celular. 

 Lincoln llevo a Lola hasta su nuevo hogar, cerca de la universidad; pero ahora sin la ayuda de sus padres el peliblanco no tiene otra alternativa que abandonar los estudios por el momento, encontró un trabajo de tiempo completo, y también ayudo a encontrar una escuela para que Lola termina sus estudios secundarios, aunque en el fondo Lincoln se sentía muy culpable.

 –Sabía que una relación así solo traería tragedia – dijo muy acongojado.

CONTINUARÁ... 

Mi príncipe y yo (Lolacoln)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora