Miradas
Con una sola mirada,
desatamos un frenesí de besos,
un torbellino de sentimientos.
Es entonces cuando despertamos, y decidimos amarnos otro día más.Con cada mirada , el tiempo se detiene en cada instante.
Pero mi amor por ti crece cada vez, con la intensidad,
de enemigos acérrimos decididos a matarse mutuamente.
En el mar de tus ojos navego sin parar, en la miel de tus labios me deleito cuando me encuentro contigo, es el universo de tu alma donde vivo y de donde quiero morir amándote.💖💖💖💖
Sai terminó de escribir el poema, y estuvo indeciso de si agregar algo o no o de qué hacer con el papel en sus manos. Frunció el ceño al no entender por qué estaba tan nervioso, era solo entregarle ese papel a Sakura, su novia desde hace dos meses.
Quizá era porque no sabía si un simple papel con palabras escritas en él fuese un buen regalo para Sakura, una magnífica ninja y persona, a quien quería regalarle hasta la Luna con sus propias manos pero que no se sentía suficiente para tal tarea.
—Tsk, estoy llegando tarde al festejo —murmuró Sai mirando todavía el papel en sus manos.
El pelinegro decidió doblar en dos el papel y guardarlo en un sobre que encontró buscando entre sus cosas. Sai hizo en otro papel un dibujo de un gato, el animal favorito de la ninja médico, y lo metió en el sobre, junto a otra hoja felicitándola por su cumpleaños número 20.
💖💖💖💖
—¿Dónde está Sai? —preguntó Sakura por décima vez, mostrando sus enormes ansias de verlo.
Ino Yamanaka, la mejor amiga de la pelirrosa, rodó los ojos harta de la actitud inquieta de la médica.
—¡Maldita frentona, cálmate! Me estás estresando —le reclamó la rubia mirando feo a su amiga.
—Perdón, pero es que Sai no suele ser impuntual —se excusó Sakura echando otro vistazo a la puerta de entrada.
Como por arte de magia, el timbre sonó y la Haruno casi corrió hacia la puerta de su departamento. Ino la miró burlona cuando la vio tropezarse, y Naruto al notar la casi caída de su mejor amiga imitó la misma sonrisa burlona de la rubia.
—Sai... llegaste —murmuró Sakura con una sonrisa plasmada en el rostro.
—No me iba a perder tu cumpleaños... querida —respondió Sai con una pequeña sonrisa, sabiendo el efecto que dicho apodo tendría en su novia.
La Haruno se sonrojó levemente y lo hizo entrar, tratando de no mirar las expresiones de burla de sus mejores amigos ante su situación.
💖💖💖💖
El festejo de cumpleaños de Sakura terminó varias horas después, a la madrugada. Los amigos se fueron a sus respectivos hogares tras haberse despedido de la cumpleañera con efusivos abrazos y saludos.
Sai, en cambio, se quedó el último para ayudar a la joven médica a ordenar el desastroso departamento, y para entregarle su regalo.
—Al fin terminamos con esto, gracias por ayudarme —habló la Haruno, sentada en el piso y la espalda apoyada en su cama.
—Yo ayudé en el desastre, así que debía de ayudar a limpiarlo —respondió el pelinegro sentándose junto a su novia, quien apoyó su cabeza en el hombro del shinobi.
Se quedaron en silencio en esa posición.
—Ah, toma esto. Me olvidé de dártelo —dijo Sai, entregándole a Sakura el sobre.
Sai miraba atento a su novia mientras la veía leer la carta. Su corazón empezó a latir más rápido de lo usual al ver un brillo especial en los ojos verdes de la médica, y los nervios lo atacaron de nuevo cuando los ojos de ambos se encontraron.
Sai no pudo evitar sonrojarse ante la mirada jade de Sakura, que lo veía con intensidad y cariño a la vez.
—¿T–Te gustó? —preguntó el pelinegro.
El muchacho se recriminó en su mente por dejarse dominar por sentimientos como los nervios, pues nunca antes le había pasado.
—Claro que sí, cariño —le respondió Sakura acariciándole el rostro al chico de piel pálida
Sai no pudo evitar sonreír, dedicándole a la Haruno una sonrisa verdadera. La pelirrosa sonrió y besó a su pareja, quien le correspondió algo torpemente.
La noche de Sakura terminó mucho mejor y con pasión hasta entrada la mañana junto a Sai, su preciado novio.
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Miradas
FanfictionEs el cumpleaños de Sakura Haruno y Sai, su novio, se decidió por regalarle un poema. Al principio dudó de si entregárselo o no, porque creyó que era poco para alguien tan interesante como lo era la kunoichi médica. Aún así Sai decidió entregarle e...