He matado a muchos hombres a lo largo de mi vida... Si no estuviera diciéndoselos en este momento ustedes nunca hubieran sospechado eso de mí.
No los puedo culpar, ni siquiera la policía está cerca de saber la cantidad de asesinatos que he cometido, incluso creo que hasta yo perdí la cuenta.
No soy Dios, pero estoy segura que cada uno de esos hombres merecía aquello.
Nadie pensaría que una pequeña mujer de 1.63 metros sería capaz de matar, cualquiera dudaría de que lo haya hecho sola, pero la inteligencia es mejor que la fuerza.
A esos hombres les faltaba inteligencia. Es una lástima, aunque en realidad no lo es.
Sin embargo, llevar mi estilo de vida tiene un costo que pagar.
Veo de reojo a aquella camioneta negra blindada siguiendome desde la oscuridad.
Estoy sola caminando por la calle y sé que al menos hay tres hombres dentro de ella.
Llevan meses siguiendome y estoy segura que han decidido que es tiempo de llevarme.
Analizó mis posibilidades, la calle está sola no hay ni siquiera una tienda cerca donde pueda refugiarme, solo somos los de la camioneta y yo.
Para mi fortuna un taxi se acerca, el taxista como si supiera mi necesidad se detiene a mi lado y me pregunta si necesito que me lleve a algún lugar.
No dudo mucho en subirme en el asiento copiloto y cuando me encuentro dentro del vehículo echo otra mirada a la camioneta que aun no se ha ido.
El taxi comienza a andar y me relajo pensando que estoy al menos por el momento fuera de peligro.
Mi primer error fue subirme en el asiento copiloto y el segundo fue relajarme.
Esa noche me tomaron con la guardia baja y no me di cuenta que realmente el verdadero peligro iba dentro de aquel vehículo conmigo.
Y cuando lo noté fue demasiado tarde, aquel taxista ya había parado el carro y antes de que pudiera correr él se encontraba sobre mí.
Tal vez los primeros errores fueron míos, pero el que pagaría por esto era él.
- No sabes con quién te metiste - digo rehúsandome a dormirme a causa de aquel pañuelo con cloroformo que segundos antes había presionado contra mi cara.
Él ríe y yo sonrio a pesar de que mis párpados empiezan a cerrarse.
El taxista en verdad piensa que ya ganó.
Siento sus manos recorrer mi cuerpo y me siento sucia.
- Me voy a divertir mucho contigo - escucho que susurra y tengo ganas de golpearlo pero mi cuerpo ya no responde.
Siento como su peso se me es quitado de encima de repente y segundos después escucho los golpes y su voz quejándose.
Tal vez yo estuve con la baja guardia, pero ella no.
Este último pensamiento me hace sonreír antes de sumergirme en la oscuridad.
Sé que cuando despierte aquellos tipos de la camioneta me habrán llevado con ella, y me encuentro ansiosa por despertar otra vez.
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Illicit love
FanfictionDicen que los polos opuesto se atraen, pero ellas eran como si fuera la misma mente en diferentes cuerpos y eso no evitó que cayeran la una por la otra. Ambas tienen secretos, ¿qué pasará cuando se descubran? "𝘛𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯�...