CAPÍTULO 44

95 6 0
                                    

Opinión de Elliot.

Estoy con emociones encontradas, dolorido por la pérdida de mi padre, mi familia decidió que entregarán el cuerpo dos días después para que yo estuviera mejor.

Así fue, hubo un milagro y el doctor decidió darme de alta aunque dijo que debía de reposar por lo menos 2 semanas para recuperación de fuerzas y que no recibiera noticias fuerte por más de 1 mes.

Así que mi Rutila y mi familia junto con los guardias de seguridad están ya informados para que no sufra otro paro cardíaco ya que sufrí 2 anteriormente.

Pensé que iba a visitar el infierno pero vi que no, dios quiso que sobreviviera, me dijo Hugo que Juan Carlos estaba muerto y que iba a hacerse cargo para matar a todos los que estaban a su cargo.

Mi esposa ha estado al pendiente de mi desde que ingresé al hospital, ella me ha dado fuerzas para seguir. Me platicó Hugo que ella fue que hecho un par de golpes a Vanesa para que no volviera.

Me puse feliz por dentro ya que Rutila defendió nuestro matrimonio, esa es mi chica.

Ahora estoy arreglando una pistola para estar prevenido e irme con Rutila y mi familia al rancho donde nació mi padre, así que ya vamos en camino.

No puedo gobernar por un tiempo y es entendible y más que nunca debo obedecer al doctor como a mi esposa ya que ellos son ahora mis mandatarios.

Mi hermosa va dormida en mi hombro, ella no ha descansado ya que ha estado muy al pendiente de mí y eso es tierno. Yo voy viendo el paisaje, hay como 6 carros nuestros siguiendo a nosotros aparte el que van mi hermana y mi madre.

Ya ha pasado 3 horas de que llegamos, veo el ataúd de mi padre con cientos de flores blancas y rojas, me saludan algunos conocidos de mi padre y socios de ellos.

Veo que hay mucha seguridad, hugo ha contratado menos de 24 a más de 25 hombres militares ya pagados con adelanto para que nos protejan.

Mi madre está llorando en el ataúd, no quiero llorar ya que siento que estoy débil. Voy a la cocina a servirme licor y salgo al patio a llorar.

Lloro sin lágrimas caídas, sólo estoy en silencio pensando en por qué no hice nada para salvarlo ?! Recuerdo como fue mi padre, cómo me protegió y me crió para hacer el bien.

No sé en que momento me puse a llorar, veo que viene mi hermosa y rápido limpio mis ojos, ella no dice nada y se pone alado de mí.

- No tienes porqué aguantar llorar amor.
- No quiero ser débil por mi familia.
- No eres débil, ellas saben que también te afecta.

Me abraza, la abrazo y lloro un poco, quedamos minutos abrazados, hasta que me limpia mis lágrimas con sus pulgares.

- Voy a ver que daremos de comer para los invitados.
- ahora voy.

Asiente para luego irse, viene mi madre después, me abraza fuertemente.

- Mamá yo tuve la culpa.
- No hijo, fue ese hijo de perra que nos quitó a tu padre.
- Madre perdón.
- No hijo nada de eso, a lo que vine fue a decirte que vino el abogado y quiere hablar con nosotros.
- Voy a decirle que cuando entierren a mi padre venga.
- Ok hijo.

Limpio mi cara para respirar hondo y volver a la realidad, me tomo un sorbo de vino y vienen a saludarme y darme el pésame.

Me siento alado de mi hermana, la abrazo un buen rato. Son las 1:30 y veo que están repartiendo comida mi Rutila, mi madre, mi cuñado.

Miro a mi alrededor y veo que son más de 50 gentes, me sorprende ya que no había tantas personas que nos conociera.

Las 11:00 pm, siento cansancio pero no quiero despegarme de él, mi madre y hermana se fueron a dormir un rato junto con mi hermana y mi cuñado.

Viene a donde estoy Vanesa, está con pequeños hematomas en su cara.

- No quiero tener problemas con mi esposa.
- No los tendrás. Quiero decirte algo.
- dime.
- Puedes contar conmigo siempre sí es necesario en la cama por si no te cumplen, puedes venir a donde vivo.
-Vanesa amo a mi esposa.
- no la amas.
- mira Vanesa mi esposa es la número 1.
- Es que no entiendes que te sigo amando.
- Yo no te amo, no quiero nada contigo y si viniste a decirme otras cosas, mejor vete.
- Me voy a ir a Nueva Zelanda, te daré mi número de contacto para que sepas dónde estoy.

No dije nada y me da una tarjeta pequeña, le doy la tarjeta para irme a donde está Hugo.

- ¿Cómo va la seguridad Hugo?
- Están checando señor, están en varios puestos.
- Gracias por ir a salvarnos.
- Es mi trabajo señor.
- ¿Qué tienes ahí Hugo?
- Se lo iba a dar después señor pero algo de su padre para usted.

Me da en mis manos un sobre con una grabadora, le agradezco y me voy a sentar.

La 1:30 y yo fui al cuarto a dormirme. Caí rendido.

Pasaba por aquí para decirles gracias por sus votos, saludos!!!

Mi Abogado, Mi Esposo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora