capítulo ocho.

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Felix estaba nervioso y se notaba, se mordía los labios ansioso y sus manos estaban inquietas, sujetando esto y aquello sin encontrar un calmante. La noche anterior Bang Chan y su equipo fueron a allanar la casa de un mafioso y hasta ahora, nueve de la mañana, no lo veía ni sabía gran cosa sobre él. El muchacho escuchó rumores sobre lo que sucedió en dicho operativo, pero no eran en absoluto alentadores. En la mañana vio llegar a algunos de los miembros del equipo, más el Comandante no aparecía, y fue por boca de ellos que supo que Bang Chan estaba herido en el hombro. Según entendió, el mafioso puso resistencia y en medio de una batalla a balas, Bang Chan salió herido.

- ¿La herida es muy grave?

- No tanto, en realidad, pero perdió algo de sangre y la movilidad es dolorosa.

- ¿Lograron capturar a...?

- Sí, el muy idiota nos estuvo esperando en el sótano de la casa, justo donde el cargamento de droga y armas estaba.

Él podía hacerse una idea de cómo se llevó el operativo, muchas balas y algo de torpeza, después de todo esos prospectos de alfa actuaban por instinto cuando más podían. Dando un suspiro, regresó a su pequeña oficina para recoger su celular y salir hacia el departamento de Bang Chan, pues su corazón no estaría tranquilo hasta ver que el mayor esta, aparentemente, estable.

Llegó en poco tiempo al lugar, y, como ya era costumbre, usó la llave de repuesto que el Comandante le entregó luego de convertir ese departamento en el lugar de sus encuentros más fogosos.

- ¿Felix?

La voz de Bang Chan caminando por la sala le llamó la atención. El hombre estaba vestido con un pantalón deportivo y una camiseta algo ajustada mientras que su brazo izquierdo estaba en cabestrillo por el disparo en el hombro.

- ¿Sucede algo? -preguntó el mayor al verlo.

- Quería... ver que estabas bien.

- Lo estoy -aseguró el mayor con una sonrisa ladina.

- ¿Necesitas ayuda con algo?

- ¿Tú no deberías estar en el trabajo, muñeco?

Felix torció los labios antes de contestarle:

- El torpe de mi jefe se hirió, así que debo asegurarme de mantenerlo con vida.

Bang Chan contuvo una carcajada y le permitió al bajito revisarle el hombro, parecía tan preocupado que causó ternura en él.

- Estaba por tomar un baño y no me molestaría que me acompañes.

Dejándose llevar de la mano cual si fuera un niño pequeño, llegaron al baño donde vio a Felix llenar la bañera con agua tibia, entonces se dio vuelta y sonrojado le dijo:

- Debo desvestirte.

- Siempre que quieras.

La respuesta descarada de Bang Chan hizo sonrojar aún más al muchacho que con cuidado retiró el cabestrillo del brazo para poder retirarle la camiseta. En ese momento, Felix pensaba que mantenerlo con el torso desnudo sería ideal.

- Ponte de rodillas -demandó el mayor.

- ¿Qué?

- Quieres quitarme los pantalones, ¿o no?

Oh, Bang Chan parecía estar disfrutando de la situación en demasía. Sin embargo, Felix no se la dejaría fácil, o al menos lo intentaría.

- Eso puedes hacerlo solo.

- Oh, no muñeco, necesito tu ayuda.

Cuando Felix quiso refutar, la voz de Bang Chan, tan demandante, lo detuvo.

pasión en la mira › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora