EL COMIENZO

8 1 4
                                    

Estábamos cerca de un pueblo, concretamente en Seattle, era de noche y me acuerdo que había bebido demasiado.
Me estaba empezando a sentir mal pues el alcohol ya estaba haciendo efecto.
Estaba llegando a casa ya que eran las siete y media, y si mi madre me veía me castigaba de por vida *menos mal que está de guardia hasta medio día*
Cuando llegue al barrio donde yo vivo me di cuenta de algo.
Una familia se acaba de mudar y por lo que parece esa familia tiene dinero.
No le di mucha importancia pues solo era una familia simple, una madre, un padre, y una hija, si, una hija que parece sacada de una revista. Parece tener 20 años tres años menos que yo a lo mejor podemos hasta llevarnos bien.
* Pero no, Jessica estas demasiado ebria como para saludarles y darles una cálida bienvenida, ni si quiera puedes abrir la puerta de tu casa si tener que sujetarte a los barrotes de la ventana.*
Mi consciencia tiene razón voy a hacer el ridículo delante de una familia que parece ser rica.*acabo de sonar aprovechada, pero no, no quiero caerles mal a mis futuros vecinos*

Habían pasado unos segundos cuando conseguí abrir la puerta de mi casa, cuando de repente oigo un voz de lo que parece ser un chico, cuando volteo para comprar, le vi, un chico alto, bastante alto comparado con mi altura, supongo que medirá 1,80. Es el típico chico sacado de película de acción, pelo largo y negro, ojos azules como el color del mar cuando está limpio, no le vi muy bien pues estaba un poco lejos pero si se que tenía un tatuaje en el brazo izquierdo, una serpiente para ser exactos. Me quedé embobada en él, cuando siento sus ojos penetrando los míos durante unos simples segundos, si, cruzamos miradas, pero no unas simples miradas, lo sentí diferente, aunque solo hayan sido segundos lo sentí como años. Creo que fue en ese momento cuando empezó todo, o bueno puede que en ese momento estuviese soñando un chico lindo, que digo lindo, un chico perfecto como el y yo, una simple chica, que tiene que trabajar casi todos los findes de semana para conseguir pagar un móvil ya que solo con el sueldo de mi madre puede pagar los gastos.

Ahora estoy en mi habitación esperando a que mi mejor amiga venga para contarle todo lo que a sucedido, y bueno para hacer un trabajo para el lunes.

- Jess, ábreme ya estoy abajo- si esa es la voz de mi mejor amiga, está fuera esperando a que la abra, pero en estos momentos estoy tan cansada que simplemente me da pereza bajar las escaleras.
- Ya voyy, que desesperada estas, ¿Tanto me has echado de menos made?-
-muy graciosa Jess, pero ábreme son las nueve de la mañana y aquí fuera hace mucho frio-
Abro la puerta y la veo, mi mejor amiga, ¿Llorando? me parte el corazón verla así.
- Mad... ¿Estas bien? ¿Necesitas algo?
Pasa y sube a mi habitación, ahora me lo cuentas todo, y como ese gilipollas te haya hecho algo de nuevo, juro que lo mato-
-Jess... Es Alex...-
- Que te a hecho ese imbécil porque juro que lo mato, a lo mejor le duele más una patada en los huevos, o un puñetazo, noo, mejor todo-

no me dejes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora