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Conociendo.

"Daniel.", sólo sabía que ese era su nombre, y que era algo así como un amigo súper cercano a Sara. Sus dos hermanos me eran irrelevantes, él era el más guapo y sentía que siempre me miraba.

Era halloween y estaba disfrazada de blanca nieves, se suponía que él, su hermana y su hermano nos acompañarían a pedir los dulces.

Todas mis amigas y yo peleamos por ir solas, pues ya estábamos grandes, pero la mamá sobre protectora de Sara no nos dejo, así que no tuvimos más remedio que ir con ellos.

Yo, por mi parte estaba fascinada con Daniel aunque me hacía la indiferente y lo intentaba mirar mal, lo que, según yo me hacía más interesante. Sin embargo él era bastante apuesto para una chica ordinaria como yo, pero eso no me hizo perder las esperanzas.

Todo el recorrido estuvo lleno de nuestras miradas, que creía que hasta sus hermanos habían notado, ya al irnos dije que estaba cansada y él se ofreció a cargarme en su espalda a lo cual yo respondí con un rotundo "no." Pensándolo bien, debí haberme escuchado más estúpida de lo que es contar todas estas historias. Sin embargo se rieron de mi respuesta, la cual deduzco no fue tan mala.

Seguíamos mirándonos y no estaba segura de si él me miraba por el simple hecho de que yo lo observaba cada segundo o porque él también se sentía atraído hacia mí, comimos pero yo me negaba a responder algo que no fuera un "sí", un " no" o un "ajá" a lo que él me decía, sentía que podía dañar todo si llegaba a responder algo estúpido, que no era raro en mí...

Debieron haber visto mi cara cuando la mamá de Daniel y sus hermanos dijo que se iban a quedar a dormir, era de felicidad pura, sentía que la euforia iba a salir de mi ser. Lamentablemente nada más que unas cuantas risas y palabras entre nosotros habían pasado, así que mi felicidad se desvaneció rápidamente. Me conocía muy bien y no era de esas chicas que hablaban espontáneamente, sí, lo estaba intentando, pero todavía no había llegado a conseguirlo, así que al irnos a dormir me sentí más decepcionada que nunca.

Todo indicio de decepción desapareció al notar que entraba en la habitación.

-Vamos a ver una película, ¿quieres venir? -dijo mientras prendía la luz.

Yo ya me estaba quedando dormida hasta que él apareció, así que cuando prendió la luz sentí mis ojos cegarse y empecé a hacer caras extrañas mientras mis ojos se acostumbraban a la luz, a lo que él rió.

-¿Vamos?... - pregunté.

-Sí... Sara, la otra Sara, mi hermano... Tú... -dijo con una sonrisa en su rostro.

¿Siempre era así?

-No, qué pereza. Yo tengo sueño, paso. -respondí mientras me intentaba arropar nuevamente.

-Ay, dale, mira que es de terror.

-Peor... -susurré.

-No pasa nada, yo me siento a tu lado...

¡¿Por qué era tan lindo?!

-No, chao.

-Pero, ¿por qué?

-Porque sí, Daniel, tengo sueño, ya, chao.

-¿Y si te llevo alzada para que no tengas que bajar?

-¿Para qué quieres que vaya, ah?

-Es que a tus amigas como que les da pena estar conmigo o no sé... Contigo me siento con más confianza...

-No sé...

-Vamos, yo te cargo.

-Bueno, cargame pues.

***

-¡¡¡¡¡Ah!!!!! -gritaron todas mis amigas, ¿podían ser más tontas? ¡Era ficción!

-Ugh... -susurré.

-¿Qué pasa?- me preguntó Daniel.

-Nada, nada, sigue viendo.

-No, dime.

-No es nada.

-¿Tienes miedo?

Bufee y solté una carcajada. -¿De esa estupidez?

-Vea pues, si hasta a mí me da miedo.

Volví a reír. -No has visto nada...

-Shhh -nos calló el hermano de Daniel...

-¿Y... Vives por acá?- me preguntó.

-Sí, aquí en la esquina.

-Ah...

-¿Y tú?- le pregunté.

-Pasando la calle.

-Aah, ya...

-Sí... Mm... ¿Me das tu número?

***

No podía dejar de pensar en él, aún cuando ya estaba lejos de mí, bueno, sin ser precisos, porque se encontraba en la habitación de al lado. Era su actitud, o su físico, o los dos... Pero me llamaba la atención y por alguna razón no quería que nadie supiera.

Vibró mi celular anunciando un nuevo mensaje en Whatsapp.

"Daniel:

No puedo dormir, la película me dejó asustado"

"Yo:

Jaja, eres un miedoso!!!"

"Daniel:

Lo sé :'("

"Yo:

:("

"Daniel:

Linda"

"Yo:

Buenas noches!!!"

Intenté cambiar de tema, mi propósito era no hacerme ilusiones y menos con alguien tan platónico para mí como lo era él, sin embargo ¿me había escrito linda?... Mi corazón latio rapidamente.

Aunque tal vez se había confundido.

* * *

Y así comenzó todo, una noche sin saberlo ya nos habíamos encontrado. Lo que él nunca sabrá es que cambió mi vida, positiva o negativamente pero la cambió. Y me hizo ver horizontes jamás imaginados con sólo su presencia.

Es increíble lo que puede llegar a hacer una persona, tal vez no siempre sacó lo mejor de mí, pero siempre sacó lo que me hacía ser lo que era. Y es que cómo no, porque quiera o no, Daniel siempre será de esas pocas personas que sacarán lo mejor de todo el que se les cruce en su camino.

Adolescencia Perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora