Romance trágico.

Encuentro

Durante la noche casi no pudo dormir, tuvo pesadillas, tenía mil pensamientos en la cabeza y se sentía devastada. Lo mejor que podía hacer era levantarse y afrontar las cosas. Debía hacer los arreglos para el funeral. No tenía las energías ni las ganas de hacer tal cosa. Mientras los encargados de la funeraria la acosaban con preguntas sobre qué tipo de madera quería para los cajones, donde quería enterrar a sus papas, que flores quería etc. ella parecía que no estaba allí, así que solo pudo decir – lo que sea mejor- mientras miraba hacia la nada.

El dueño de la funeraria, era un conocido de sus padres así que no le cobro y les dio el mejor servicio posible a sus amigos, después de todo, la familia de Mikasa era muy conocida e importante, solo que ella no era consciente de ello. Así que solo se inclinó en agradecimiento y se despidió.

Ese mismo día por la tarde se acercaron muchas personas a la ceremonia. Para su sorpresa la noticia había llegado a oídos de sus viejos amigos quienes no dudaron en acompañarla en tan doloroso momento. Se encontró con que Armin ahora era un muy reconocido historiador y paleontólogo que se dedicaba a viajar por gran parte del mundo, tenía varias excavaciones en proceso y estaba por escribir un libro con todos los datos que había recolectado en ese tiempo. Jean, había escogido estudiar leyes, siempre fue alguien muy justo y aplicado así que se había convertido en un excelente abogado y tenía su propio estudio. Mientras tanto Connie quien trabajaba en compañía de Jean era un contador con excelentes referencias.

Al verlos llegar no dudo un segundo en correr a abrazarlos y ellos a ella, por un momento se sintió aliviada de no estar completamente sola. A los pocos minutos, su más querida amiga llego y se abrazaron muy fuerte mientras las lágrimas caían de sus ojos. Al cabo de un rato llego Eren quien venía acompañado por Historia. Ellas no se conocían en persona pero Eren siempre le hablaba a Mikasa de ella así que no le fue difícil darse cuenta de quién era. Sin conocerla, Historia se lanzó a sus brazos y la consoló, era una chica muy linda y dulce. A ese tierno abrazo se unieron todos lo demás y se quedaron así varios minutos.

El resto de las personas que habían ido al lugar parecían conocer mucho a la familia, porque todos le brindaron su apoyo, aunque ella no sabía quiénes eran, pero fue cortés aun sin conocer a nadie.

La ceremonia terminó, y todos comenzaron a retirarse, incluso sus amigos quienes solo podían ir ese día por el momento. Agradecida por la compañía, se despidió de todos y les agradeció por todo el esfuerzo que habían hecho para asistir y acompañarla. Se dieron un último abrazo y ella se quedó a solas en el cementerio.

Comenzaba a hacer frió, así que muy cuidadosamente beso la rosa roja que tenía en sus manos y se la dejo a sus papas, seco sus lágrimas y se fue de ahí.

Con los ojos aun llorosos, comenzó a caminar, maldijo un poco por el frió, sentía como las piernas se le entumecían, las medias negras transparentes y el vestido negro que llevaba no eran adecuados.

Siguió recorriendo el cementerio hasta la salida, cuando a lo lejos vio una figura masculina que dejaba flores en una tumba. Era un muchacho, joven, bastante atractivo, de cabello corto y oscuro, vestía un pantalón negro y camisa blanca, acompañado con un saco también negro que sostenía en una de sus manos. Se le quedo viendo pero siguió camino hasta salir de allí.

Camino unas cuadras buscando un lugar donde pasar a tomar algo y encontró un pequeño bar al cual entro para poder entrar en calor.

El ambiente estaba cálido por suerte y su cuerpo ya no se sentía entumecido, camino hacia la barra y pidió una carta. Veía un tanto borroso, estaba cansada y aun tenia lagrimas secas en el rostro, dejo la carta y su abrigo apoyados en la en la barra y se dirigió al baño. Allí se lavó la cara, suspiro y se dio ánimo mientras agitaba sus manos para poder secarlas. Cuando salió pudo ver que alguien más había llegado y estaba sentado en la otra esquina de la barra. Volvió a su lugar donde estaba su abrigo y la carta y se decidió por pedir una cerveza.

Mientras esperaba su pedido, se dio cuenta de que el chico que estaba a unos metros lejos de ella, era el mismo que estaba en el cementerio, solo que ahora podía verlo con más claridad. Era muy atractivo más de lo que le había parecido anteriormente. Tenía una mirada profunda y unos hermosos ojos azules oscuros que parecían grisáceos, su piel era pálida y sus prendas dejaban ver lo trabajado que estaba su cuerpo, era inevitable no observarlo.

Su pedido llego e interrumpió su visión. Al darle un sorbo a su cerveza, puso cara de desagrado y se sintió un tanto decepcionada porque sabía que no la iba a poder tomar, nunca fue una persona que bebiera, solo algunas veces cundo salía a divertirse con Sasha, pero nunca antes lo había hecho para "ahogar sus penas" como solían decir otras personas. Suspiró, tomó la botella y la hizo a un lado, se cruzó de brazos en la barra y apoyo la cabeza sobre los mismos en señal de frustración. Levanto la cabeza y volvió a ver al chico, que para su sorpresa vio que estaba mirándola mientas se tomaba una taza té. Retiro la vista rápidamente, un poco avergonzada por haber estado mirándolo, agacho la cabeza volvió a suspirar, tomo la botella le dio un sorbo más y la dejo otra vez de la lado. Sabía que no iba a terminarla así que frustrada y un tanto avergonzada por la presencia del chico, tomo sus cosas, pago su cerveza (que estaba prácticamente llena) y prosiguió a retirarse rápidamente del lugar.