Who loves who? Capítulo 6

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Siempre habia pensando que en su adolescencia encontraría a una buena chica, la cortejaría, se enamoraría y quizas después pensaría en un futuro. Nadie habría pensado que él, sería un romantico empedernido. Hasta ahora -sus 17 años- el plan seguía siendo el mismo, solo que... ahora no era la chica -que todos secretamente habían pensado- el objeto de sus atenciones, sino su opuesto. Nunca considero posible tener esos pensamientos dirigidos hacia un chico... Hasta ser capaz de enamorarse de su mejor amigo... Anteriormente habia considerado de que si una chica le gustaba lo suficiente como para llamarla su "primer amor" lucharía por ella... Bueno, él -en este caso-

Aún queria continuar con ese plan, ahora mas que nunca.

Habia decidido ser él mismo quien pusiera los puntos sobre las íes con respecto a Carla y el incidente de hace unos dias, sin involucrar a Matías, consideraba que el de ojos bicolores aun no controlaba sus arranques emocionales y lo que menos deseaba era que él resultara lastimado, ya de eso se había encargado él mismo.

Las semanas pasaron a través de la calma antes de la tormenta, ambos lo intuían, y en el transcurso, los chicos mantuvieron su nueva situación muy bajo perfil, excusandola como su amistad renovada después de un malentendido bajo los curiosos ojos de los demás, seamos sinceros ¿qué es una amistad sin altas y bajas?

La fémina en cuestión les había huido como si estuviesen muriendo de peste, como si sus presencias la hirieran de muerte. Los habia evitado de manera muy poco sutil, demostrando así que las cosas entre los tres mosqueteros, no estaban del todo bien.

Miradas furtivas taladraban la nuca de Leandro y sabía que no eran por simple equivocación, pero aun no podía, no sentía que fuese tiempo de hablar del asunto abiertamente... y menos con Carla, ella era a la última persona a quien le inventara una excusa con respecto a Matías... y él, no quería que todo se tornara en eso ya que no había nada que negar.

Sabía que algo se había roto dentro ella pero él aún no tenía la fórmula mágica para reparar un corazón... roto.

*****

Un dia entre esas semanas de juventud, la relación -ya no tan nueva- de los chicos habia tomado un rumbo mas sólido, bueno, lo que se esperaría después de solo dos meses de estar juntos. Los momentos privados -mas privados, en su caso particular- eran menos incómodos para la esencia tímida de Matías y por supuesto que el castaño se aprovechaba de cada desliz de la fierecilla de su ahora... ¿novio? Tendría que poner también esos puntos sobre esas íes, después.

La vida pasaba en el instituto, los chicos se encontraban conversando de asuntos banales de la existencia, cerca de las áreas verdes del recinto, tan inmersos se encontraban en la presencia del otro que no notaron la adición de otra mas en el espacio que ocupaban.

La chica pareció que dudaba pero se atrevió en tomar la palabra - Ho-hola chicos - dijo con voz mas aguda de lo queera su intención y con sus ojos cerrados, quizas tratando de poder tragarse esas palabras antes de que salieran de su boca, las primeras que les dirigia desde el incidente del parque.

Ambos chicos, con las cejas levantadas, se miraron el uno al otro y en perfecta sincronia, dirigieron sus multi-coloreados ojos a la pequeña figura, cubierta de una fina capa de cabello castaño desde sus hombros hasta casi llegar a sus muñecas.

- Quiero que hable...- fue interrumpida

- Solo vos y yo - Leandro se levanto rapidamente, volteandose un poco en direccion al de ojos bicolor - quedate aqui peq...- se llevó una mano a la boca, decidió no dejar fluir su lengua con palabras de cariño en frente de la, evidentemente, contrariada chica, justamente para evitar alterarla más - solo quedáte aqui, ahora volvemos - volvió a encarar a la chica y le hizo una seña para que lo siguiera, en ningun momento alguna palabra fue emitida entre Matías y ella.

Ese día en especifico muchos alumnos, de cursos inferiores, no tenían clases asi que el instituto se encontraba relativamente vacío. Por lo menos tendrían un poco de privacidad, siendo unos de los -chico y chica- mas populares de los ultimos cursos, todos consideraban que tenían el derecho de dar una opinión sobre de sus actos dentro y fuera del mismo.

Llegaron a unas frías y desoladas escaleras en forma de caracol que conectaba con algunos laboratorios de ciencias, el mármol habia disminuido su temperatura, llegando a competir con el mismo viento helado. 

El castaño tomó asiento y Carla prefirió quedarse de pie cerca de él.

- Ahora si eres libre de decir todo lo que querás - Leandro hizo un ademán 

- ¿Te creés muy importante pensando que lo estas protegiendo, no es así? Sos un ingenuo - se encontraba con sus brazos cruzados a la altura del pecho, defensivamente.

Una sonrisa amarga se asomó por las comisuras del chico.

- Si te soy sincero... Si, me creo - la sonrisa seguía donde la había colocado - Él no tené nada que ver en este asunto, yo fui quien te involucró a vos en esto - ahora la seriedad estaba presente.

Notó como la expresión de Carla cambió.

-¡¿Qué él no tené nada que ver?! ¡¿Por quién me tomás?! - su voz se elevó unos cuantos decibeles - Minimo, por una inepta - calmo un poco su tono

- ¿Esto es todo? - trató de incorporarse

- No... Lean... no lo es - un susurro salió de sus labios - No entiendo por qué lo protegés tanto, él... esta jugando con vos, yo lo vi - sus ojos cafés se clavaron en su rostro, haciendo que tomará asiento de nuevo. 

La respuesta que recibió fue la del entrecejo siendo fruncido.

- Explicate - 

Suspiró antes de comenzar - al día siguiente de que vos y yo "dejamos" de espiarlo... y.yo lo seguí - se removió incomoda en su lugar - y lo vi besarse con un chico en la calle - su mano cubrió su boca - yo queria advertirte y el dia del parque... fui a buscarte a tu casa pero no te encontré, así que decidí ir a las rocas del parque y... - su voz se cortó - los vi... y se dieron cuenta de inmediato... no sabía que hacer- la pena era palpable en sus palabras y en su lenguaje corporal pero solo estaba presente en ella.

El ataque al corazón de bolsillo que estaba a punto de sufrir, nunca sucedió, Carla estaba describiendo los hechos de hace casi 2 meses atrás, desde su perspectiva.

Una risa sonora inundó el espacio vacio de aquellas escaleras, era una risa de alivio.

- Carla, Carla... Carla, sos una boluda - la expresión desencajada de la chica era indescriptible, el castaño se levantó de su asiento improvisado y la abrazó, cubriendola con sus grandes brazos y antes de que la chica pudiese refutarle su comportamiento habló otra vez - siempre preocupandote por mi, sos una belleza pero no hay razón para ello - se alejo un poco para poder observarle el rostro - eso fue antes de que él y yo comenzaramos... esto, yo tambien lo vi - la sonrisa que derretia corazones fue vista otra vez.

La tez de Carla atravesó por completo el circulo cromático, habia metido la pata hasta la cadera.

Unos minutos mas se tardó el castaño en calmar a la chica y en explicarle lo que habia sucedido desde el dia del beso en la calle y como realizó que... se había enamorado irremediablemente de su mejor amigo. Decidieron regresar a donde se encontraba la fierecilla sentada, esperándolos. Al llegar, Leandro y Carla portaban sus sonrisas marca registrada, contagiandoselas a Matías.

- ¿Y vos por qué sonreís? - preguntó en tono burlón la chica.

- Porque ya se que todo va a estar bien - disminuyó un poco la sonrisa pero no su brillo.

*****

- Siempre pensé que yo sería tu primer amor - habló la chica, recostada sobre el pasto del jardin de su casa, a su lado estaban los dos chicos, en igual posición.

- Todos pensábamos eso - respondió Matías, sin despegar su vista de las nubes, que tomaban formas frente a sus ojos dispares.

- Yo fui el unico que no lo vio tan obvio - Leandro sólo tomó las manos de sus mejores amigos y las sujetó fuerte, quizas asi nunca los perderia.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2015 ⏰

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