5

374 52 9
                                    

Nuevamente la mañana había llegado a la ventana del mexicano, dónde el se encontraba plácidamente dormido entre los brazos de su compañero de cuarto, aquel último beso había Sido más que suficiente para desatará la pasión que ambos guardaban, y aún que el amor no era la principal fuente de placer, Rusia estaba feliz de poder dormir con alguien tan alegre, de poder olvidar lo que se siente estar atado a una relación tan tóxica cómo la que llevaba con USA, mientras que en los brazos de México de sentía enorme, no solo físicamente, si no emocionalmente grande, autosuficiente y con la autoestima necesaria para expresar todo su amor.

México había abierto una nueva puerta a la vida de Rusia sin notarlo, y no había nada más peligroso que acostarse con un hombre comprometido.

—Buenos días, corazón de melón... —Susurro México al oído del ruso con la intención de despertarlo.

Rusia dió un bostezó firme y abrió los ojos de par en par. Sonrió al ver a su amado a pocos centímetros de él y le regaló un beso en la frente.

—Buenos días, México...

—Hoy tenemos ensayo con la banda, y luego tocaremos en el festival de primavera. No es nada muy grande, pero queremos que cantes tu canción rusa.

De un momento a otro, la verdad volvió a recaer sobre Rusia. Debía invitar a la banda a su despedida de soltero, sobre todo a México, pero no sería nada lindo invitar a tu amante a tu despedida mucho menos a tu boda, por lo que Rusia omitió el tema, y pensó internamente en contarlo hasta el final del festival de primavera.

—Claro, hay que ir —Murmuro mientras se levantaba de la cama.

Ambos países se cambiaron con sus mejores ropas, este sería el último ensayo de Acme antes de su gran presentación, la primera de hecho. Cómo era costumbre, ambos se vistieron en una misma habitación, sin embargo, un nuevo sentimiento se encontraba dentro de ellos, aquel sentimiento que produce el conocer a fondo el cuerpo de tu cumpañero, cosquillas en el estómago y rubor en las mejillas. Salieron de la casa unos cuantos minutos luego, y finalmente Rusia tomo el valor para hablar.

—Mexico, lo hablé con mi psicólogo hace poco, y creo que lo mejor es que no me casé.

—¿Dé que hablas? —Cuestiono México — ¡No puedes dejar a USA, va a matarte! ¿Sabes lo que ONU pensará si cancelas la boda?

—¿Cómo puedes decir eso? Te acostaste conmigo anoche.

—¡Fue por qué estábamos en confianza, somos amigos!

—¡Los amigos no duermen en la misma cama!

México guardo silencio, frunció el entrecejo y Toño el valor para ponerse de puntitas y besar a Rusia.

—Eres un idiota.

—Lo se —Respondio Rusia.

La tarde pasaba rápido, el ensayo transcurrió de mayor manera. Antes de darse cuenta, la banda ya se encontraba sobre el escenario, Rusia frente al micrófono y México a su lado, entonando alguna de las canciones que ambos escribieron juntos durante sus días de compañía.

Había alguien especial en el escenario, alguien que observaba con verdadera obsesión a México, calculando cada uno de sus movimientos. Aquel país que los observaba entre la multitud poseía un arma, pero no la mostraría de no ser necesario.

—Si perdiera el arcoiris su belleza —Cantaba México.

—Y las flores su perfume y su color— Respondía Rusia.

—No sería tan inmensa mi tristeza...

—Como aquella de quedarme sin tu amor...

Para el gran final del espectáculo, México tomo la mano de Rusia y le beso en la mejilla.

México no sabía que aquel país que lo observaba de hecho llevaba varios días siguiéndole. Observando con cautela como acompañaba a Rusia. Aquel país bicolor llevaba por nombre Canadá, quien tomo su celular y fotografió el escenario, luego se aparto de la multitud y fue tras bambalinas.

El espectáculo termino, y la banda bajo del escenario dándole espacio a los nuevos músicos.

—Lo hicieron genial, chicos. —Expreso Argentina.

—Tu también tocaste bastante bien. —Contesto Bolivia.

México se alejo un poco para tomar un poco de aire, mientras que Rusia y los demás países seguian celebrando, fue entonces que Canadá aprovecho su soledad para caminar hasta el, colocarse por detrás de éste y cubrir su mano con su boca.

—No hagas ruido, esto será rápido.

Canadá coloco el arma contra la cabeza de México, y jalo el gatillo antes de que México pudiera pronunciar una sola palabra. Rápido, más rápido de lo el país pudo recordar los eventos importantes de su vida, aquellos momentos como lo puede ser el enamorarse de USA, y el enamorarse de Rusia.

Canadá se apresuró a sacar el cuerpo de bambalinas antes de que la multitud notará que aquel estallido había Sido un disparo.

Del otro lado del salón, se encontraba Rusia, buscaba a México frenéticamente, pero en lugar de encontrar a su amante, solo había encontrado un enorme charco de sangre.

—¿México?

—El no está aquí. —Contesto Canadá.

—¿Dónde está? ¿Qué haces tú aquí?

—¿No te dijo? México se fue con España, lo tenía planeado desde que le informaron que ibas a ser su compañero.

Un enorme vacío inundó el pecho de Rusia, quien no podía creer que su pequeño amado haya escapado justo luego de expresarse su amor.

Acme /RusMex/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora