El idioma de las flores

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Las flores empezaban a hacer presencia, la brisa despeinaba y las aves canturreaban sus melodías. Como cada 20 de marzo, Laura se encaminaba hacia la floristería. El sol acariciaba su piel tostada, proporcionándole el característico calor primaveral, y el aroma a esperanza efímera la envolvía.

Una vez en la floristería, revisó aquella hoja arrugada y un poco quebrada. Suspiró. La florista la saludó con una sonrisa torcida, y una nueva dependienta, supuso Laura ya que no la había visto nunca, se le acercó.

-Así que Camelias rosas -comentó la chica mientras observaba el paquetito verde que, en efecto, contenía las semillas de Camelia rosa.

-Si -murmuró.

-¿Sabías que significan amor eterno? -añadió mientras le regalaba una bonita sonrisa.

-Lo sé -intentó no sonar cortante.

-Entonces las debes comprar para plantar junto a alguien especial -reflexionó -¿No? - preguntó la joven en busca de una confirmación por parte de Laura, quien apretó sus labios en una sonrisa forzada.

-No, son para plantar en mi jardín con mis otras flores como única compañía -respondió. Justo cuando la muchacha iba a comentar algo más, Marga, la florista y propietaria de la tienda desde hacia años, la cortó.

-Raquel, deja ya a la pobre chica -la regañó dulcemente como si de una niña se tratara. -Lo siento Laura, como ya notarás es nueva y bastante curiosa -se disculpó. -Ven, yo te cobro.

Después de la, seguramente incómoda, estancia en la floristería, la chica emprendió camino a casa. Recorrió la plaza donde niños y niñas jugaban, aprovechando el buen día, los jóvenes se agrupaban para parlotear y los ancianos, en los bancos, daban de comer a las palomas. Atravesó el mercado, donde cada comerciante te intentaba engatusar de una forma u otra. Evitó esos callejones oscuros y estrechos, y optó por aquellas calles amplias y brillantes. Saludó a la vecina. Y al fin llegó a su casa.

Una modesta casita de madera, lo suficiente para sentir la ausencia de alguien pero no para sentirse sola, con bastante terreno. Una vez dentro del recinto, empezó su cometido. Observó el jardín y luego la lista. Decidió plantar las Camelias cerca de las Zinnias. Después de varias horas, muchos suspiros, un poco de sudor y alguna lágrima, terminó de plantarlas. Entonces se levantó y observó su jardín.

Había un cerezo hermoso con alguna inscripción en el tronco, a su alrededor empezaban a aparecer flores, cada cual distinta a la anterior. Cualquier persona que no conociera la historia diría que se habían plantado aleatoriamente. Pero de una forma u otra, el jardín formaba un cuadro colorido y armonioso. Entonces, no pudo retener el llanto, un llanto que le pesaba cada vez que se acercaba el día, la intensidad era la misma pero el aguante aumentaba con el tiempo.

Entró en casa. Después de un largo lapso de tiempo consiguió calmarse, cogió el bolígrafo y añadió un apartado a la lista. Por último, volvió al jardín donde releyó la lista:

Nuestro jardín, nuestra historia

El 20 de marzo, me declaré en nuestro rincón favorito y Laura dijo sí, y aceptó gustosamente mis dos rosas rojas. Dos rosas rojas significan amor y afecto, cuando se lo expliqué se sorprendió y empezamos esta nueva tradición. A partir de hoy, haremos de esta casa un hogar y de este jardín una historia. Los siguientes puntos son flores que iremos plantando en nuestra nueva casa y sus significados.

Narciso: nuevos comienzos.

Flores del cerezo: se asocia con la temporalidad y el carácter pasajero de la belleza y la vida, pero también con el ciclo de transformación de la vida.

Clavel blanco: dulce, adorable.

Lila: amor y pasión.

Aciano: mi amor es puro.

Dalia rosa: te haré siempre feliz.

Dalia violeta: expresa amor duradero y leal.

Peonias: vinculadas al romance y al matrimonio.

Lirio de los valles: felicidad, suerte.

Prímula: amémonos en primavera.

Altea: fertilidad.

Lirio: esperanza.

Margaritas: la inocencia.

Zinnia: sirven como un recordatorio para nunca olvidar a los amigos fallecidos.

Claveles: símbolo de las condolencias a los familiares de un difunto.

Pensamientos: nostalgia.

Gladiolos: recuerdan al ser querido, al que no se olvida. Su significado es recuerdo y fidelidad.

Camelia rosa: amor eterno.

El idioma de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora