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El camino fue bastante corto y cuando llegamos conocí su apartamento. Era todo lo contrario a lo que me imagine. Estaba ordenado, todo limpio y acomodado.
-Se te cayó esto ayer-dijo Nicolás con uno de mis filos en la mano.
Hubo un silencio incomodo y mis lagrimas se apoderaron de mis ojos, tenía la vista nublada pero no. No iba a caer derrumbada enfrente de el.
-Gracias por juntarlo.
-No te lo devolveré.
-Nicolás es mío y sabes que debes hacerlo.
-Debo hacer tantas cosas Wen.
- ¿Por qué no me lo devolverías?
-Te hace daño y lo sabes.
No, no y no. Nunca nadie se había dando cuenta, ni Micky lo sabia pero el si. Dios, no, no me puede estar pasando esto. Este momento era tan perfecto, horrible y raro a la vez. Nicolas ¿por qué? No no y no.
-Wen...
Agache la cabeza, ya no sabia que responder.
-¿Que piensa Micky de esto?
-No lo sabe.-conteste más seca que nunca
-¿Tu mejor amiga no se dio cuenta, en serio? Yo ya te vi fumando varias veces, tirando tu comida entera a la basura y vi tu filo caer. -estaba furioso pero al mismo tiempo guardaba calma. Se estaba controlando y por lo que note, mucho.

Aquella chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora