La bella y la bestia.

38.

Alicia:
Mataron a un policía. Mataron a mi única salvación enfrente de mis ojos. No lo puedo creer. Me durmieron con cloroformo y dejaron el cuerpo donde había caído hace un rato. No se cuanto tiempo estuve durmiendo, pero se sintieron como horas. Me sentía tan débil. Si no fuera porque estoy amarrada, no tendría fuerza para defenderme ni para huir. Cerré los ojos y miré el techo. No sabía que hacer.
Sentí las sirenas de los policías. Cada vez estaban más cerca de la casa. Escuche a dos personas correr desesperada en el piso de arriba y luego escuche la puerta principal abrirse de un portazo. Ahora podía escuchar a más personas corriendo por la casa. La puerta se abrió y pude ver a dos policías bajando por las escaleras con armas en sus manos. Uno de ellos se dirigió al cuerpo de su colega y el otro aseguro de que no había nadie en el sótano que pueda herirnos. Desataron mis manos y mis pies y me cargaron hasta el primer piso de la casa. Pude ver como se llevaban los dos hombres con pasamontañas.
Alicia: Esperen un minuto. Quiero saber quienes son.
Policía: ¿Esta segura señorita?-ojo el que me estaba cargando en sus brazos
Alicia: Si estoy segura.
Le sacaron el pasamontañas al primero y era Edward. Era obvio. Le sacaron el pasamontañas al segundo y no lo pude creer.