Café americano

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Tomo el tren que lo llevaría a la universidad, respiraba entrecortado debido a la reciente carrera, su camisa arrugada y su verdoso cabello desaliñado eran una clara evidencia de que se quedó dormido otra vez

Si tenía suerte llegaría antes de que Aizawa sensei iniciará su clase, no podía permitirse ser regañado por su impuntualidad justo el último día de clases, aún asi, su radiante sonrisa no perdía ni un apise de brillo, a decir verdad contrastaba bastante con el ambiente deprimente del vagón.

Su viaje sería largo, aunque había tenido la suerte de tomar el tren menos concurrido se dio cuenta de que había algunas personas de pie, tomo asiento en un lugar libre y como de costumbre sacó del bolsillo de su pantalón su teléfono, buscando que hacer para pasar el rato, le echó un vistazo a los mensajes que aún no leía, miro de reojo algunas notificaciones, sin embargo, antes de relajarse por completo pudo sentir una mirada posarse en su pequeña figura, levantó la vista de golpe, mirando al rededor, la gente de píe era un claro obstáculo para su vista, pero aún así pudo darse cuenta de que nadie parecía prestarle atención.

Esto llevaba pasando ya casi un mes entero, tenía esa inquietante sensación de ser observado, en el tren, en la universidad, en la calle, pero nunca vio a nadie mirarlo directamente.

"Lo estoy imaginando" pensó y volvió su vista a la pantalla del celular

Llegó a clase a tiempo, librándose exitosamente de su regaño y se sentó junto a su característico amigo Todoroki Shoto, aparentemente sería un buen día.

–¿Trabajarás en las vacaciones?– preguntó el Todoroki mientras acompañaba a su amigo a comprar algo para comer

–Si, Uraraka me ha dado empleo de medio tiempo en su cafetería– respondió el pecoso

–Tal vez valla a verte algún día– mencionó con un aire desinteresado

–No habrá café gratis para ti sí es lo que estás pensando– respondió divertido

–No necesito que sea gratis– sonrió

–Lo sé, sólo irás porque quieres molestar...me–una vez más Izuku sintió que lo miraban volteó rápidamente pero no había nadie salvo por un par de chicos de otro grupo platicando

–¿Te encuentras bien?–preguntó Todoroki

–Si, no es nada–miro a su amigo y sonrió–hay que irnos

El día aparentemente había ido normal, al final del día Todoroki lo acompañó a su departamento y ahí, los dos amigos se despidieron
Izuku se acostó en su cama y miro el techo pensando si había algo que él estaba ignorando ¿Qué era esa sensación de angustia que sentía? ¿Estaba paranoico e imaginaba que lo seguían?

La mañana siguiente era el primer día de vacaciones y tal y como se lo había mencionado a Todoroki, Izuku empezó a trabajar en la cafetería de su vieja amiga Uraraka, una jovencita castaña de mejillas sonrojadas, y ojos avellana, unos centímetros más bajita que él, era una chica muy simpática que había conocido en preparatoria

El trabajo en sí no era complicado, preparaba algunos cafés, tomaba ordenes y se asegurada de mantener el lugar y las mesas limpias

–Bienvenido– saludó a un nuevo cliente

–Hola, yo...–El joven Rubio frente a él se veía nervioso e indeciso

–¿En que puedo ayudarle?– preguntó amablemente Izuku

El joven Rubio suspiro cansado–Quiero un americano, por favor–

–Claro, enseguida llevo su pedido– Sonrió y vio al chico sentarse en una mesa no muy lejos del recibidor

Un rastro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora