Pt. 2

3.3K 332 59
                                    



—¡Mamá~! ¡¿Ya estamos cerca?!

—Sí, cariño, ya estamos por llegar.

—¿Cuánto falta?—Rosé reprimió sus ganas de reír cuando Jungkook hizo un puchero al ver que ella no contestaba de inmediato.

El pequeño se cruzó de brazos. Una risa se le escapó. Su hijo era tan adorable cuando estaba emocionado. Sus ojos centelleaban de la impaciencia.

—No falta casi nada, cariño. Distráete observando a través de la ventana. Vas a ver que el tiempo pasa volando. No estamos muy lejos de su casa.

Los ojitos de Jungkook resplandecieron. Sus pequeñas manos aplaudieron con felicidad y su sonrisa de conejo estaba presente, brillando como las bonitas estrellas en una noche despejada.

Sacudió sus piernas de lado a lado sin llegar a tocar la superficie, impaciente por llegar. Ya quería ver a su amigo.

—Sabes cariño, por lo que escuché de Lisa, Yoongi también está muy feliz de verte. Está sacando todos sus mejores juegos para jugarlas contigo.

La boquita de Jungkook nuevamente se abrió y luego apareció su preciosa sonrisa, satisfecho y dichoso por lo que su mamá le estaba contando. Sus diminutos ojos se achicaron de emoción, arrugándose por los costados.

El pequeño estaba feliz, feliz de saber que no era el único que estaba emocionado por ver a su nuevo amigo.

—Llegamos—la boca de Jungkook se abrió de sorpresa. ¿Tan pronto? Su corazoncito empezó a latir con fuerza asustándolo por unos segundos, se sentía mareado de la emoción. Pero se calmó. Yoongi también debía sentirse igual de emocionado, no tenía de qué preocuparse.

Esperó a que su madre abriera la puerta de su auto con impaciencia.

—Baja con cuidado, ¿sí?

Cuando la puerta se abrió, Jungkook salió disparado del auto y su cuerpo tambaleó por un instante, casi cayéndose, pero se recompuso porque era un niño con mucha suerte. Su mamá le regaló una mirada recriminatoria pero no lo notó por seguir su camino hasta estar frente a la casa de Min Yoongi.

—¡Ya estoy aquí! ¡Ya estoy aquí, Yooni!—Jungkook tocó el timbre, sólo dos veces por educación, aunque quería tocar diez veces más.

Yoongi apareció de inmediato al abrir la puerta, sólo tomó segundos para que Jungkook lo viera muy contento. Fue recibido con una bonita sonrisa de lado a lado por el pequeño niño de preciosos ojos de bambi.

Había estado esperando diez minutos ahí, sentado en el suelo, a espera de Jungkook, ansioso por volver a jugar y estar con el pequeño pelinegro. A su mamá le había mentido, diciendo de que estaba esperando porque le daba pena ver el rostro triste de su amigo si se demoraba en abrirle las puertas de su casa.

—Hol—Sin dejar que terminara su frase, Jungkook lo derribó en el suelo, y sus diminutas manos rodearon su propio cuello dejándose descansar en su pecho.

—¡Yooni~!—Sin poder controlar su emoción Jungkook empezó a restregarse. Talló su mejilla con las de su amigo una y otra vez, como si buscara demostrar cuánto lo había extrañado, un pequeño felino en busca de atención y mimos. Yoongi se maravilló al verlo, dejándose hacer por el menor. Le gustara mucho como para enojarse como lo haría con otras personas.

Jungkook era diferente, era su bebé. Un bebé muy mimoso de sus atenciones.

—¡Yooni~!—repitió una y otra vez repitiendo su conducta, ahora intentando el otro lado de la mejilla.

—Me extrañaste...eh.

—Sí...

Jungkook finalmente se detuvo y lo miró avergonzado para luego esconderse en su pecho.

Se había restregado como un gatito... Era un niño raro, pensó Jungkook.

—Yo también te extrañé—le hizo saber, y pudo escuchar cómo el corazoncito de Jungkook latía un poco irregular. Jungkook era tan lindo.

—¡Jungkook! ¡Levántate, cariño! Yoongi no puede estar en el suelo por mucho tiempo! ¡Deja que Yoongi se ponga de pie!—Rosé advirtió con un rostro de preocupación. Estaba un tanto escandalizada.

Estaba segura de que su hijo había derribado al pobre niño. Cuando Jungkook se emocionaba, a veces, no controlaba sus acciones, y ocasionaba que los niños se alejaran por la intensidad de sus acciones. No quería que su pequeño sufriera otra vez.

—¡Lo siento Yooni!—Jungkook rápidamente intentó separarse al darse cuenta de que otra vez había dejado que sus emociones tomaran control y se puso triste. No quería que Yoongi dejara de jugar con él por caer pesado. Sus ojos se aguaron un poco.

—No te pongas triste. A mí me gusta estar en el suelo contigo.

Y Rosé se quedó impactada, quedando quieta cuando estaba a punto de levantarlo a su hijo con un tironcito.

¿Ese había sido el niño inexpresivo y poco cariñoso, considerado y amistoso hijo que había dicho Lisa que tenía como hijo?

Con una amplia sonrisa, sabiendo que podía dejar a su hijo en las manos de Yoongi, Rosé se fue en busca de Lisa, dando brinquitos de alegría. Era la hora de seguir los pasos de su hijo. Ella también iba a buscar su propia diversión con Lisa.

El bebé de Yoongi | ((Yoonkook oneshot))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora