I: primer día.

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Primer día de clases, es hoy

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Primer día de clases, es hoy. Estoy tan emocionada.

Si, bueno, ahora dejemos de fingir.

Es el primer día de clases, quiero colgarme de un maldito árbol. Algo normal.

—¡Te dije que no quería volver a verte! —escuché a mi madre gritar. Que bonita forma de despertar.

Solo la ignore y salí de mi cuarto a desayunar.

Mi hermana estaba en su sillita comiendo un puré o algo así. Se veía asqueroso.

Mi madre... Quién sabe, debe estar revolcándose con un hombre nuevo.

Levanté a mi hermana y revisé su pañal.

—Oh, por dios, hueles horrible. ¿Qué diablos te dan de comer? —la llevé a la habitación con los brazos estirados dejando una distancia considerable. Quién sabe si lo que hay en ese pañal es tóxico— bien, quédate ahí —ordené recostándola como si entendiera.

—¡Dónde diablos estás ahora, maldita niña! —gritó mi madre y luego se escuchó un portazo— ¿Qué haces basura inservible? ¿Acaso no viste que estaba comiendo? —genial, acabo de despertar y los insultos ya empezaron.

—Solo vine a cambiarle el pañal, ¿Qué hay de malo con eso? —no la escupo por respeto a mi saliva.

—Oye, niñita malcriada, deberías respetar a tu madre. ¿Acaso quieres que te enseñe buenos modales? —un hombre apareció semi desnudo en la puerta y regañó con un tono seductor.

¿Por qué no puede revolcarse con un hombre decente que no intente llevarme a la cama o intente acosarme?

—¿Acaso quieres que te rompa la cara?, ¿Acaso quieres que llame a la policía y les diga que intentas manipular a una menor para que se acueste contigo?

—¡Cierra la maldita boca! —gritó la mujer acercándose a mí— No le faltes así el respeto, niña insolente —y con eso me dió un golpe a mano abierta.

Mi hermana comenzó a llorar por los gritos.

—¡Calla a esa maldita niña! —ordenó— ¡Ahora!

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora