Vuelta a casa

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Elizabeth, es al octavo día ya que faltan algunas horas para acabar la semana. Pero ya siendo de noche quiero decirte que me has sorprendido, que has valorado una de las mejores cosas que puedes tener en tu vida, la amistad. Eso no lo debes perder, no es cómo un collar un collar se puede perder con facilidad pero la amistad debe de ser para siempre y tanto para lo bueno cómo para lo malo. El estar aquí te ha servido de valorar la amistad, a vivir la vida, a querer hacer una escapada hacía un atardecer que te da energía, a hacer todo lo posible para disfrutar. Y estoy orgullosa de tí. Al acostarse Elizabeth vió que el collar se convirtió en llave y empezó a llorar de la felicidad, ya podía salir de allí.

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