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Wáng Jiāěr, Jackson para los amigos (y para cualquier persona, en realidad) era un estudiante extranjero de Hong Kong, todos lo amaban, era guapo, rico, amable, gracioso y guapo (por si no quedó claro). Jackson vivía sólo en la mansión que su familia poseía en Corea, y aprovechaba su dinero y el espacio para hacer fiesta cada que la situación lo ameritaba.

Navidad, año nuevo, año nuevo chino, pascuas, halloween, semana santa, día de los muertos, la muerte de su pez, el cumpleaños de su primo lejano que nunca vio, todo era motivo de fiesta.

Yoongi y Hoseok eran amigos íntimos de Jackson desde la escuela secundario, fue gracias a él que Yoongi conoció a Namjoon y quedó flechado.

En fin, a pesar de que las fiestas de Jackson siempre eran de élite, sin duda la favorita de todos era la de Halloween, mucha gente joven disfrazada y con el suficiente alcohol cómo para rellenar unas cuantas piscinas.

¿Qué podría malir sal?

Yoongi y Hoseok siempre asistían a esa en particular, a Hoseok le gustaba la idea de disfrazarse y Yoongi sabía que Hoseok no era bueno bebiendo.

Yoongi siempre se las había arreglado para disfrazarse de forma decente sin mucho esfuerzo, la última vez optó por hacerle dos agujeros a una sabana blanca y ¡Woahla! fantasma.

Hoseok se tomó el trabajo de conseguir un traje de pirata, hasta un garfio uso.

Lo malo es que perdió el traje y a la mañana siguiente se levantó desnudo, con dolor de cabeza y el pelo teñido de rojo.

Aunque el color le terminó gustando tanto que lo mantuvo hasta la fecha, je.

Yoongi sabía que Hoseok era un amor de persona, brillaba demasiado y era un ángel. Tenía la teoría que de niños era odiado por los demás por ser demasiado lindo, ya sabes, el niño que de ser conocido por tus padres te dejaría en vergüenza por ser tan poca cosa en comparación, del tipo al que tus padres querrían más que a ti.

Pero Yoongi con el tiempo descubrió su otra cara. Hoseok era muy sádico si se lo proponía.

Era especialmente sádico cuando de cumplir los castigos de sus apuestas se trataba.

Y para mala suerte suya, siempre perdía.

Hoseok había mantenido el misterio sobre el disfraz que lo haría usar.

Yoongi ya se imaginaba vestido de forma vergonzosa, pasando vergüenza, la suficiente cómo para dejar la universidad, mudarse del país y llevar una vida alejada de la civilización.

Eh, pensándolo bien, no era mala idea.

Yoongi aún odiaba a la humanidad en su mayoría.

-Bien~ la fiesta es mañana -sonrió tétricamente (a ojos de Yoongi) y alcanzó una de las dos cajas grandes que tenía a su lado

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-Bien~ la fiesta es mañana -sonrió tétricamente (a ojos de Yoongi) y alcanzó una de las dos cajas grandes que tenía a su lado.

Jungkook sonrió contento aplaudiendo, Yoongi se cuestionaba porque demonios estaban sentados en círculo cómo niñas adolescentes chismoseando.

-¡Primero! -abrió la caja, sacando una túnica de estilo griego de color negro y detalles dorado- ¡Miren mi disfraz!

Yoongi frunció el ceño aburrido y Jungkook mostró sorpresa en su carita hermosa.

-¡Jimin aún no tenía disfraz, así que decidimos ir juntos de Hades y Persefone! -él y Jungkook de forma chillona festejaron- ¿¡No es romántico!?

-Uy si -murmuró Yoongi- ¿Si sabes que Hades era tío de Persefone? Muy romántico, Romeo y Julieta se quedan pendejos.

-Si, Zeus y Hera eran hermanos y tus padres primos, que te valga -Hoseok lo pateó, Yoongi cayó y se quedó ya tirado sin ganas de levantarse.

-Bien, ahora lo que importa, Yoongi, tu disfraz~

Yoongi suspiró sentándose y tomando la caja que Hoseok le extendió.

La abrió sin esperanza alguna.

Frunció el entrecejo, sacando una peluca negra, a la altura de los hombros y con fleco, ¿A casó lo haría disfrazar del enano feo de Sherk?

Ese de "Esa cosa ni sentimientos tiene".

Yoongi rió al pensar en lo bien que le quedaba esa frase a Hoseok.

Sacó lo siguiente, sin prestar real interés.

Al menos no hasta que lo vio completamente extendido.

Sus ojos casi se salieron de las cuencas y por una milésima de segundos dejó de ser asiático.

-No jodas... -susurro Jungkook, igual de desconcertado.

-Hoseok, ¿Qué putas es esto? -susurró casi sin voz, sosteniendo aquella... ¿prenda? con las manos temblorosas.

-Es parte de nuestra apuesta, está bonito, ¿verdad? -dijo, con carita de ángel.

-Hoseok...

-¿Eh? ¿Por qué esa cara? -preguntó inocente el pelirrojo.

-¿¡"Por qué"!? -grito, asustando a Kook, Hoseok no se inmutó.

-...

-¡No me voy a poner un puto corset, Hoseok!

Hoseok levanto ambas cejas mirándolo con ligera burla.

-Si, si vas a hacerlo.

-¡No! -le lanzó el corset negro a la cara, sus mejillas pálidas completamente rojas y su expresión siempre neutra reemplazada por una mezcla de vergüenza y enojó.

-¡Min Yoongi! -gritó Hoseok a Yoongi.

-¡Jung Hoseok! -gritó Yoongi a Hoseok.

-¡Jeon Jungkook! -gritó Jungkook, a nadie en particular.

Ambos mayores miraron a Jungkook confundidos, pero no tardaron en volver a mirarse enguerrados.

-¡Debes cumplir Yoongi, perdiste!

-¡No voy a vestirme de mujer!

-Te faltan huevos, Min.

-Al contrario, le sobran -bromeó Jungkook.

Yoongi estaba a nada de cometer asesinato.

-Lo harás, Yoongi, por las buenas o por las malas, y por tu bien, que sea por las buenas.

Yoongi trago saliva, ya sin ganas ni valentía en su cuerpo.

-Te odio.

-Cómo todo gato a su dueño.

Yoongi decidió ponerse dramático y corrió a su cuarto, se tomó el tiempo de dar un dramático portazo como adolescente terminando de pelear con sus padres.

-Hyung es sádico -habló Jungkook luego de unos largos minutos de silencio.

Hoseok se encogió de hombros de forma inocente.

-¿Oops?

Oops!  [K.TH • M. YG] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora