Capítulo único

1K 113 22
                                    

Kagami se acercó a su cuello y olfateó el aroma dulce del cuello de Marinette. Admiró su cabello recogido en un chongo. No entendía por qué ese peinado la conmovía tanto. 

Marinette la apartó entre risillas. Su nariz le provocaba cosquillas en el cuello. 

Entrelazo sus brazos y se estrecho contra su costado. Siguieron caminando hacia la torre Eiffel, que se alzaba ante ellas envuelta en luces.

Mas el rostro de Marinette le parecía mucho más interesante. Se acercó a su rostro y palpo sus bolsas bajo los ojos. Marinette había empezado una empresa, pero temía que se exigiera demasiado. 

—¿Cuándo nos vamos a casar?—preguntó de pronto mirándole con afecto. La luz de la torre Eiffel se reflejo en sus pupilas. Le encantaba ver el mundo a través de sus ojos. 

—No lo sé—respondió Kagami. Miró  hacia abajo y encontró el anillo de compromiso de Marinette en su dedo corazón

—Es bonito, ¿verdad?—preguntó Marinette acercándose su anillo para verlo mejor.

Un mes atrás, Kagami se le había propuesto, pero no habían acordado fecha. No es algo que preocupara demasiado a Kagami. Tenía toda una vida junto a Marinette. 

Pensó en su última sonrisa mientras sostenía un puño de tierra. Apretó la tierra húmeda entre sus dedos y luego la dejó caer sobre el rostro inmóvil de Marinette.

Se estremeció al pensar que la tierra se metería en su nariz y no la dejaría respirar. Sin embargo se rió nerviosamente cuando recordó que, de todas formas, ya no respiraba.

Se detuvo para mirar su cuerpo rígido en medio de toda la tierra.

—Quiero devolverle todo—Marinette dijo una vez. Estaba sentada frente al televisor. La brillante imagen se reflejaba en sus ojos. 

En ese entonces, Marinette solía hablar sobre la muerte, quizá presentía que el final estaba cerca. Quizá la muerte había tenido un poco de piedad por ella y le había advertido de su muerte, para que pudiera hacer lo que deseaba, antes de morir. 

Kagami no supo que decir y no dijo nada. Siguió mirando el televisor. Era una serie sobre gente longeva en una ciudad europea.

No pensó en lo que le había dicho ella porque aún no era tan importante. Todavía había tiempo. Cuando tuvieran 80 años ya pensaría en ello.

Tiró otro puño de tierra. Esta vez cayó en su pecho. No lloró.

Antes nunca se había preguntado qué hubiera pasado si ella moría. La amaba tanto que no podía ni concebir la idea de su muerte.

Pero una parte de ella sabía que, si ella moría, el llanto sería largo. Sin embargo, no fue así.

Contrario a lo que creían, fue la más fuerte de todos. Los padres y amigos de Marinette se desplomaron y ella fue el pilar que los sostuvo todo el tiempo. Mantuvo sus hombros firmes para que los demás pudieran llorar sobre ellos.

No obstante, aquello no fue del agrado de los demás. Sus conocidos se enojaron porque no podían entender como sus ojos estaban tan secos, cuando aseguraba amarla tanto.

El desagrado de sus suegros y amigos fue más cuando se negó a comprarle un ataúd. Ellos creyeron que era una interesada e intentaba quedarse con su dinero. Pero no se enfado con ellos, comprendió que era un momento difícil.

Compró un ataúd, pero no encerró el cuerpo blando de Marinette en él.

Se sentía cansada , no obstante, aceptó la responsabilidad de encargarse de todo, sólo para cumplir los caprichos de Marinette. 

Toda tuya [MariGami/one-shot] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora